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La tan esperada biblioteca de Gernika será una realidad el año que viene. «Si todo va sobre lo previsto podría abrir sus puertas para septiembre de 2024», tal y como han confirmado fuentes municipales a este periódico. El servicio, que ahora ocupa unos 200 metros ... cuadrados en el bajo de la Casa de Cultura de la localidad, llegará a triplicar su espacio en su futura ubicación del ala sur de las antiguas escuelas públicas del Pasealeku.
El emplazamiento al que se trasladará la biblioteca cuenta con una superficie de 722 metros cuadrados, repartidos en las dos plantas que ocupaban las antiguas escuelas. La Administración local tiene previsto sacar a concurso público la redacción del proyecto «para julio» con fin de adjudicar cuantos antes su ejecución, que se prolongará durante ocho meses. Unas obras en las que se desembolsarán alrededor de 1,3 millones de euros.
«Se trata de una necesidad estructural que tiene desde hace tiempo este pueblo. La idea es que ese entorno del Pasealeku se convierta como en una especie de pequeño campus; una zona con mucha vida y llena de contenido histórico y cultural», concretan las mismas fuentes.
La nueva construcción también traerá consigo una «necesaria» e «importante» mejora de la movilidad en el municipio ya que en el inmueble de la nueva biblioteca quedará integrado un ascensor «panorámico».
«Servirá para conectar y hacer más accesible el centro urbano con la parte alta de la localidad en la que se localizan la Casa de Juntas, el Museo Euskal Herria y el parque de los Pueblos de Europa», detallan desde el Consistorio
El elevador acristalado contará para ello con dos paradas, a partir del Pasealeku. La primera «quedará a unos seis metros, a la altura de la entrada a la biblioteca y el auditorio», explican las mismas fuentes. El elevador se detendrá también al nivel de la zona monumental que se concentra en el entorno de la calle Carmelo Etxegarai», detallan.
El diseño de la nueva construcción que albergará el servicio municipal se inspirará, en parte, en el modelo arquitectónico del Museo de Pérgamo de Berlín.
«El edificio contendrá también un largo corredor con columnas, que en este caso servirá para unir el equipamiento del ascensor y el actual edificio situado al fondo del anfiteatro, que ahora tiene la función de sala de calderas y que en el futuro acogerá los despachos, baños y otros servicios ligados a la biblioteca», concretan fuentes municipales.
La villa foral cuenta en la actualidad con una biblioteca en la planta baja de la Kultur Etxea, que abrió sus puertas hace casi tres décadas. Sin embargo, su «escaso» espacio imposibilita ofrecer un servicio óptimo a los usuarios, El centro cuenta en la actualidad con más de 5.000 socios.
«Necesitamos un lugar más amplio y además no es nada acogedor para quedarse a estudiar aquí», manifiesta una estudiante universitaria y usuaria habitual del servicio. «Son instalaciones muy obsoletas», matiza también Pedro Agirre a este periódico.
El centro del Pasealeku llevará el nombre del ya fallecido José Antonio Arana Martija, euskaltzale y miembro emérito de Euskaltzaindia. De esta manera elConsistorio pretende rendirle un homenaje póstumo.
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