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Como cada 1 de noviembre, día de Todos los Santos, los cementerios de Busturialdea y Lea Artibai se llenan de flores en la víspera de la festividad de los difuntos. De cara a este día, las floristerías de la comarca llevan semanas trabajando y recibiendo encargos de manera similar a años anteriores.
Según constatan, a la hora de cumplir con el rito de homenajear y engalanar con vistosos ramos las tumbas de sus difuntos, los ciudadanos de la costa se han gastado parecidas cantidades de dinero que en años precedentes.
«Con algunas flores como los crisantemos pasa como con el pescado en vísperas de Navidad; que suben exageradamente de precio los días antes de la festividad», explicó ayer a las puertas del cementerio Mendiluz de Bermeo, Arkaitz Bilbao.
«Pero no diría que la inflación afectado demasiado en las ventas de este año. A la gente, sobre todo en Bermeo, le puede más cumplir con la tradición», señaló el vendedor de flores de Kortezubi, al tiempo que hacía entrega a sus clientes de vistosos centros florales. «No he visto un cementerio más bonito y cuidado que el de aquí y encima mirando al mar. Es una pasada el empeño que le ponen a adornar las tumbas y panteones», destacó Bilbao.
En la villa marinera, las familias invierten «entre 60 y 70 euros en los ramos por encargo; en su mayoría de claveles y rosas», apuntó. «Luego están los que compran a última hora y que se gastan unos 20 euros», matizó. Arkaitz resaltó, por otro lado, que más que en el coste de las flores, la subida de precios se ha sentido esta campaña «en los tarros, tiestos e incluso en la esponja donde se clavan los adornos florales».
En la floristería Nere Sustraiak de Gernika, Nerea Solís se afanaba ayer sin descanso en preparar ramos para el día de hoy. «Los clientes se decantan más por los ramos de flores variadas como los lilium o margaritas», detalló a la hora de explicar las preferencias de los vecinos de la villa floral y municipios de alrededor. «En ramos de este estilo invierten entre unos 20 y 25 euros», calculó.
Solís cree, por su parte, que la tradición ha podido con la inflación en la venta de flores para los camposantos, «aunque se nota que la crisis ha menguado le tamaño de los ramos respecto a hace una década», aseguró.
En Lorak Esther, que desde su establecimiento de Ondarroa atiende a clientes de numerosos municipios de Lea Artibai, tampoco han subido los precios de las flores. «El incremento más destacado tuvo lugar el año pasado, entonces sí que subió muchísimo», señalaron. A su juicio, «en los pueblos, se sigue con las tradiciones», indicaron.
Pero también acusan un cambio generacional y de creencias. «Cada vez hay más ciudadanos que optan por otra manera de despedir a sus seres queridos como repartir las cenizas en el mar o la montaña, que se está empezando a notar en las ventas con un descenso cercano al 10%», valoraron. Para los pequeños negocios de este gremio, el Día de Todos los Santos representa hasta el 20% de la facturación total, con dos clases de flores que superan al resto; los claveles y el crisantemo. «Los precios cambian porque suben justo antes de este día, pero un tarro alcanza un precio medio de unos 30 euros».
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