La ermita más bonita del mundo está en... Markina

La publicación detalla que fue en el año 1451 cuando se menciona por primera vez en escritos este edificio religioso, que estaba habitado por ermitaños y frailes que tenían allí su refugio y se encargaban de su mantenimiento. «Tendrían que pasar casi 200 años para que finalmente se consagrara el altar de San Miguel, por considerar que guardaba gran semejanza con el del Monte Gargano, en la región italiana de Apulia», describe.

Pero en opinión de 'Viajar', la historia más curiosa tiene que ver con que antes de ser reedificado el templo en 1734, este escenario era «un lugar de culto pagano repleto de feligreses que llegaban atraídos por la extraña y curiosa disposición de estas piedras», detalla el reportaje.

Las tres formaciones geológicas que datan de la época cenozoica y que están dispuestas en corro, conforman una especie de capilla donde muchos afirman sentir la fuerza espiritual del Camino de Santiago. En sus inmediaciones confluyen los ríos Artibai y Urko, que añaden magia al entorno. El trío de rocas, inmóviles durante millones de años, se sujetan entre sí, velando la figura del Arcángel San Miguel.

La leyenda más conocida que la acompaña es la que asegura que los mozos que quieran casarse en un plazo de un año han de pasar por debajo de ellas en tres ocasiones y sin tocar las paredes.

Para reforzar el valor de la pequeña iglesia convertida en puerta de entrada del Camino del Norte y parada obligada de miles de peregrinos, el Ayuntamiento ha creado de manera expresa un sello que acredita a su portador el paso por tan singular ermita.

Otro de los aspectos que llama poderosamente la atención de esta revista es la condición de Markina de «cuna de la cesta punta, uno de los deportes típicos de la tierra», señalan sus páginas. De ahí que considera «imprescindible» acercarse a su frontón, inaugurado en 1798 y que, tras varias remodelaciones, ahora cuenta con capacidad para casi 1.000 asientos y 300 localidades de pie.

En esa misma línea, recalca que «tal es la pasión por esta disciplina que este pueblo ha sido reconocido como la 'Universidad de la Pelota', una mención que viene dada por los tantísimos deportistas profesionales que han sido formados en esta cancha y que han llegado a jugar en Estados Unidos, México o Filipinas».

Asimismo, el artículo describe la comarca de Lea Artibai como «un paraíso frente al mar y un descanso entre las montañas» e insiste en que se trata de una «pequeña caja de sorpresas que ha sabido conservar con mimo sus tradiciones y su legado patrimonial, forjado a lo largo de los siglos gracias a los caminos que siguen los cursos del agua».