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La Diputación eludió este viernes posicionarse sobre las alegaciones presentadas por Bakio. Un portavoz oficial del área de Obras trasladó que «estamos en periodo de información pública y, cuando finalice, se estudiarán todas las alegaciones presentadas siguiendo el procedimiento establecido. Por tanto, no nos podemos ... pronunciar al respecto». Desde el área responsable de las carreteras vizcaínas ni siquiera entraron a concretar si la vía es municipal o foral.
Sin embargo, el propio documento presentado este viernes por Bakio alude a cuál ha sido la posición de la Institución foral hasta este momento. «Al objeto de salvar el escollo de que se trata de una vía municipal, la Diputación ha tratado de vincular el proyecto no sobre la carretera de la que depende sino de la BI-3101 que sí es de titularidad foral», dice el documento presentado por el Consistorio del municipio costero. «El propio proyecto indica que es una modificación del Proyecto de Trazado de la Variante de la Carretera BI-3101. Sin embargo, la realidad es que las propias características de la obra proyectada permiten concluir sin mayor esfuerzo que es una nueva actuación, totalmente distinta a la variante», según valoran desde Bakio. «Rota esta vinculación con unas obras de hace 10 años, la competencia de la Diputación para ejecutar el proyecto es inexistente», zanjan.
Desde el área foral de Obras siempre se ha vinculado el futuro parking a la necesidad de «aliviar la descongestión del tráfico», algo que es una competencia foral. Desde el consistorio de Bakio refutan también este argumento porque «la norma expresamente identifica y limita este tipo de obras a la construcción de carreteras de nuevo trazado» y recalcan que «el enunciado es unívoco, no deja margen a otras actuaciones». Por todo ello, «las obra del aparcamiento sería nula de pleno derecho».
El documento de Bakio y el silencio foral dejan las cartas sobre la mesa. Todo apunta a un choque de competencias que previsiblemente sólo podrá solucionarse sentando a los responsables de la insititución foral y del Consistorio hasta que alcancen un acuerdo. No se puede descartar que acabe en la vía judicial. El acuerdo no se antoja fácil. Una plataforma vecinal, SOS Gaztelugatxe, ha realizado ya varias protestas contra el proyecto. El respaldo popular a una petición publicada en Change.org es llamativo: hasta este viernes sumaban 84.581 firmas. A su juicio, «se trata de una obra tremendamente impactante, irreversible y costosa. Supone la destrucción de una zona recientemente repoblada con especies autóctonas y pone en peligro los valores naturales, paisajísticos, culturales y sociales de la zona». Consideran que «se sigue promoviendo el uso del vehículo privado, generando una mayor contaminación y emisión de CO2, ruido, polvo y molestias a la población. El aparcamiento, por su efecto llamada, no resolverá la saturación», opinan.
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