Desalojan tras dos comas etílicos a cientos de menores del pinar de Gorliz

Tras estos dos incidentes, agentes de la Ertzaintza y la Policía Local procedieron al desalojo de los varios centenares de menores que se congregaron en estas campas. Un hecho que volvió a encender las alarmas dentro del Ayuntamiento. «No puede ser que se den situaciones de este tipo que terminan en coma etílico», señalaba a EL CORREO Nagore Utxupi, alcaldesa del municipio, quien pidió de nuevo la colaboración de la Diputación –titular del pinar– para zanjar estos episodios «bochornosos».

«Cerrarlo sería injusto por aquellos que hacen buen uso de la zona. Solicitamos que pongan más medios, nosotros vamos a contratar a tres auxiliares más», apunta la regidora, quien cree que con ese trabajo previo se conseguiría evitar hechos como el vivido ayer. La atención se volvió a desviar de la playa, en una jornada en la que muchos bañistas se decantaron por este arenal, que incluso llegó al lleno absoluto, para fijarse en el pinar tras el suceso. El cóctel volvía a ser explosivo: menores, música y alcohol. Nada de distancia de seguridad, los abrazos reinaban y las mascarillas brillaban por su ausencia.

Poco antes de las 15.00 horas los servicios de emergencia recibieron una llamada alertando del mal estado de dos chicas. Esa voz de socorro la dieron las propias amigas, quienes en un primer momento trataron de reanimar a ambas jóvenes durante varios minutos. Fue en vano, el estado de embriaguez era importante. Hasta tal punto que los sanitarios no lo dudaron después de realizar el primer análisis en el lugar. Las dos chicas fueron trasladadas de inmediato en ambulancia al hospital de Urduliz para realizarles un lavado de estómago.

Tras esta actuación, la patrulla de la Ertzaintza desplazada a la zona se introdujo a pie en el pinar para inspeccionar la improvisada fiesta creada por los menores. El ambiente era incontrolable. A cada paso, los uniformados se veían obligados a detenerse para requisar botellas de alcohol y obligar a los chavales a mantener la distancia de seguridad. Una ardua tarea que se prolongó hasta última hora de la tarde, cuando expulsaron a todos los menores del pinar. No sin antes recibir otro aviso: el de otra menor indispuesta por exceso de alcohol.

Esta vez se trataba de una chica un año más joven que las dos anteriores, de 14. «Los amigos estaban borrachos y han sido unos desconocidos los que han tenido que atenderla», comentaba la familia que dio el aviso a los servicios sanitarios. Su estado no era tan grave.