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El departamento de Infraestructuras y Desarrollo Territorial de la Diputación ha dado luz verde al plan especial para mejorar la carretera BI-3101, que une las localidades vecinas de Bermeo y Bakio. Las mejoras, en concreto, se dejarán notar en los kilómetros más próximos a la villa marinera del vial, frecuentado a diario por numerosos viandantes y turismos, que se dirigen también hasta las inmediaciones del cabo Matxitxako y San Juan de Gaztelugatxe.
«En los últimos años se ha producido un considerable aumento de su uso debida a la fama alcanzada por el entorno del famoso islote», reconocen desde el área foral responsable. La «peligrosa» calzada es conocida históricamente por contar con numerosas curvas pronunciadas y estrechas por las que a duras penas pueden cruzarse dos vehículos. Su actual sección, de hecho, «no permite el cruce de un autobús y un coche con el consiguiente riesgo para la seguridad», subrayan las mismas fuentes.
El arcén de la carretera, por otra parte, es «inexistente». «Con tanta curva cerrada tenemos que andar todo el rato ojo avizor para que no nos lleve por delante un coche», se quejaban ayer dos bermeanos jubilados, que acostumbran a pasear entre semana, desde Bermeo a Matxitxako. «Los fines de semana, con el tránsito de vehículos que hay ni se nos ocurre arriesgar, porque además los conductores se confían tanto, que en algunos tramos cogen las curvas como si fueran rectas, con el peligro que ello conlleva», aseguraron asimismo.
El plan viario, que se encuentra en su fase inicial de aprobación y expuesto al periodo de alegaciones, consistirá en modificar y mejorar el actual trazado de la carretera, «pero tratando de aprovechar la plataforma actual en la medida de lo posible», avanzaron desde la Diputación.
El departamento de Infraestructuras espera contar con la redacción del proyecto de obra el año que viene, aunque habrá que espera «hasta el 2028» para el inicio de su ejecución.
Los trabajos afectarán, en concreto, al tramo de casi tres kilómetros de distancia que discurre entre Bermeo y el mirador de Punta Erleko, donde se localiza la antigua incineradora del municipio costero. «A lo largo de ese mismo recorrido se incluirá un itinerario peatonal», matizaron.
La modificación de la conexión desde Bermeo con Bakio, que supondrá la creación de arcenes más amplios y curvas más suaves, «no traerá consigo un aumento en el actual volumen de tráfico». «El impacto acústico y la contaminación atmosférica se mantendrán en los niveles actuales y tampoco se verá modificada su afección a las viviendas ya que la distancia de éstas a la calzada no variará», aclararon desde la Administración foral.
En la actualidad, por el vial BI-3101 discurren a diario alrededor de 1.500 vehículos de los que cerca del seis por ciento de los mismos corresponden al transporte pesado.
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