Cae el volumen y el valor de venta del pescado y la subasta de bonito se hunde un 44%

A los arrantzales de Bermeo, Lekeitio y Ondarroa cada vez les cuesta más salir a la mar. Al progresivo aumento de los gastos se suman el descenso generalizado de las capturas –que en especies tan importantes como el bonito han caído un 44%– y la escasa cotización del pescado en costeras vitales como la anchoa, sardina y el chicharro que no han llegado a los 2 euros el kilo.

«Salimos a la mar a ganar dinero y nos encontramos con que un género que debería estar bien cotizado, tiene precios ridículos», señalaron desde las Opps del Cantábrico, entidad que aglutina a 345 buques de distintas artes de pesca de Bizkaia, Gipuzkoa, Cantabria y Galicia. «Para nosotros es más importante tener un buen año que una semana buena, pero los resultados en campañas importantes no son demasiado favorables», añadieron.

Así, el balance de las cofradías vascas revela que la mercancía vendida a lo largo del pasado ejercicio en las lonjas ha disminuido en volumen un 13%, al pasar de más de 36.000 toneladas a rozar las 32.000. En cuanto a su valor de venta, este ha descendido un 14%. «Esta circunstancia obedece a que el volumen de subasta de algunas de las especies principales se ha reducido considerablemente, en especial, el bonito del norte (-44 %) y el verdel (-29 %)», recoge el informe.

Tras varios campañas en las que la flota ha terminado de pescar los preciados túnidos en agosto o a principios de septiembre, el pasado verano se alargó de manera considerable hasta bien entrado octubre. «Para explicar esa situación puede haber diferentes razones; desde una llegada más tardía de la especie, hasta una mayor dispersión por diversos caladeros y una menor cantidad de ejemplares en momentos puntuales», señalaron desde el área de Pesca del Gobierno vasco. Para las cofradías, la costera se desarrolló sin incidentes, aunque también se caracterizó por la ausencia de grandes descargas en los puertos.

En total, el sector vasco de bajura capturó 7.377 toneladas de bonito, de las que cerca de 2.701 se descargaron en puertos de otras comunidades autónomas. El Musel y Avilés, en Asturias, registraron un 29 % cada uno, el gallego de Burela un 18 %, y en Santoña (Cantabria)se vendió el 5%. Respecto a la actividad de las cofradías vascas, recogieron un 44% menos de esta especie al comercializar 4.783 toneladas frente a las 8.544 que alcanzaron un año antes. En Bermeo y Ondarroa dieron salida a un 11 y un 8%, respectivamente. El precio medio del bonito alcanzó los 4,15 euros el kilo, un 27 % más que el año precedente.

Otra de las especies que tampoco han resultado rentables para los arrantzales ha sido el verdel. De hecho, sus capturas cayeron un 29% al apresar cerca de 8.460 toneladas (sumadas las de estorninos) frente a las 11.935 de la anterior campaña. La mayoría (33%) llegaron a la lonja de Ondarroa, donde alcanzó una cotización media de 1,28 euros.

En el otro lado de la balanza, la anchoa ha vuelto a convertirse en la reina del Cantábrico en cuanto a volumen de descargas recibidas en los muelles vascos al sumar las 11.369 toneladas, un 6 % más que en la anterior primavera. Los arrantzales capturaron cerca de 8.760, –un 2% menos que un año antes–, de los que 3.700 se vendieron sobre todo en Santoña (45%), Laredo (28%) y Gijón (21%). El resto fue a parar a Getaria (44%), Ondarroa (15%) y Bermeo (12%). Su precio medio quedó en 1,50 euros el kilo, un 7% menos que en la anterior costera. Por ese motivo, el sector ha comenzado a planificar un nuevo modelo de gestión que confían en aplicar en cuanto retomen esta pesquería.

El recuento de la merluza desembarcada y comercializada, por su parte, sumó las 7.512 toneladas, de las que 1.600 (-21%) fueron de embarcaciones vascas, 382 (-33%) de bajura y el resto de armadores nacionales y comunitarios que copan el mercado.

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