MIRARI ARTIME
Martes, 31 de enero 2023, 17:15
La Policía Municipal de Ondarroa busca a los vándalos que han causado graves desperfectos ocasionados en uno de los ascensores públicos más utilizados de la parte vieja y pasarles la factura que supondrá su reparación, cuyo importe ronda los 5.300 euros. Dos personas, según ... recoge la investigación policial, se ensañaron con el elevador de Pixape hasta dejarlo completamente inutilizado, como mínimo, para un periodo de dos semanas.
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Desde el Consistorio aseguran que han iniciado «los trámites para certificar quiénes son los culpables y cobrarles el arreglo». «Se han cebado tanto con el ascensor que, además de destrozar su interior, han sacado la cabina de su sitio, lo que impide volver a ponerlo en marcha, aunque sea de manera provisional», señalan.
Es por ello que hacen hincapié en que, «aún actuando de urgencia, se necesita un mínimo de dos semanas para reparar la avería», recalcan. Desde el Ayuntamiento, no obstante, tienen claro que quieren hacerles pagar la gamberrada, que afecta directamente a cerca de 2.000 vecinos y a cientos de personas que utilizan el elevador para acortar la subida al cementerio y a la ermita de la Antigua, patrona de la villa. Y en caso de que se trate de menores de edad, «lo tendrán que pagar sus padres», matizan.
Para los ciudadanos que viven en las inmediaciones del elevador, la situación no es nueva y tampoco les sorprende. Pero se muestran muy indignados. «Todos sabemos que los fines de semana hay botellón al ser una zona que queda resguardada», declaran. «Cuando no es el ascensor, está todo completamente lleno de basura y si no es el ruido de los altavoces a altas horas de la madrugada», detallan.
«La idea de pasarles la factura está muy bien, pero otra cosa es que lo consigan», indican Fernando Álvarez y Betty Mallgui, antes de empezar a subir las más de 80 escaleras que tienen hasta llegar al portal de su casa. De hecho, el ascensor de Pixape salva un desnivel aproximado de 18 metros con el núcleo urbano.
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Para su ejecución, resultó necesario desmontar y volver a restaurar una típica casa arrantzale protegida como Bien Cultural por el Gobierno vasco. El proyecto supuso una inversión cercana a los 480.000 euros, de los que la mayor parte -420.000 euros- se destinaron a la obra civil, mientras que los 28.000 euros restantes fueron para la adquisición de la cabina.
De momento, el Ejecutivo costero ha rechazado limitar su horario y cerrar el acceso a partir de las 22.00 horas, tal y como han solicitado en varias ocasiones los vecinos del entorno. «No es la solución», indican.
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La gestión y el mantenimiento de los ascensores del casco viejo también han recibido críticas de la oposición (PNV) por considerar «que hay asuntos que son urgentes y precisan un seguimiento especial y los elevadores de la parte antigua son uno de ellos porque hay un gran número de personas con problemas de movilidad que necesitan de esas dotaciones».
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