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Mirari Artime
Lunes, 30 de septiembre 2024, 17:00
Bruselas volverá a prohibir la pesca en el Golfo de Bizkaia a los buques de más de ocho metros de eslora del 22 de enero al 20 de febrero de 2025 para evitar las capturas accidentales de delfines y otros pequeños cetáceos. La Comisión Europea ha acordado ayer poner en marcha la medida a raíz de una recomendación conjunta de Bélgica, España, Francia y Portugal.
A menos que el Parlamento o el Consejo de la UE se opongan en los próximos dos meses, cerca de 300 buques tendrán que permanecer en puerto o cambiar de aguas para faenar –incluidos cerca de medio centenar del Cantábrico– para esquivar apresamientos no deseados durante el invierno, un periodo identificado por los científicos como de alto riesgo para esos mamíferos marinos.
Además de la veda, también se ha decidido el uso obligatorio de dispositivos acústicos de disuasión – pingers– y un programa de seguimiento de los pequeños cetáceos durante todo el año, mediante observadores y cámaras a bordo. De esta manera, se persigue minimizar el problema de los varamientos invernales en las costas del Golfo de Bizkaia, una situación que la Comisión vigilará de cerca y evaluará si resultan necesarias medidas adicionales.
Para Bruselas, en sintonía con grupos ecologistas europeos, las capturas accidentales en las redes, junto con la mortalidad natural, las enfermedades y la desorientación, han contribuido de manera importante a aumentar las tasas de mortalidad de los delfines que, sobre todo, se registra entre diciembre y abril.
El Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés) calcula que para garantizar «la viabilidad de la especie no deben morir más de 4.927 al año». Ese organismo científico estima que se registran 9.000.
El Ejecutivo comunitario ha tomado como ejemplo la prohibición de pescar que ya aplicaron las autoridades francesas a principios de este año y que golpeó de lleno a las embarcaciones que se dedican a la captura de especies como la merluza, el rape y el gallo.
Entre los afectados se encuentran cuatro unidades de la flota de altura de Ondarroa, la única en Euskadi que emplea un tipo de redes que se lanzan al fondo con el barco en movimiento y se despliegan al llegar al suelo marino. Desde hace seis años, están dotadas con 'pingers'.
La nueva prohibición ha sentado como un jarro de agua fría a la Organización de Productores de Altura de Ondarroa (OPPAO) que verá como dos de sus buques tendrá que cambiar de caladero y otros dos deberán amarrar al no poder acceder dentro de las 200 millas jurisdiccionales (370 kilómetros desde tierra, aproximadamente) en la zona VIII del Cantábrico Noroeste.
Los armadores denuncian la «ola ecologista» y las dificultades para acceder a las ayudas compensatorias. «Nuestras empresas no tienen pulmón para aguantar un mes sin pescar y seguir pagando los salarios de los trabajadores», critican.
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