La exigencia de una consulta sobre el Guggenheim complica la moción de censura en Gernika

Para intentar salvar esa «línea roja» entre ambos partidos, la coalición independentista propuso ayer la convocatoria de una consulta popular para que los vecinos decidan si el Guggenheim Urdaibai sigue adelante. La celebración de ese referéndum vinculante es la condición que el candidato de EH Bildu -siglas que ganaron las elecciones municipales de mayo- pone para suscribir un pacto con el PNV y dejar fuera de la Alcaldía a Gorroño.

«Es más que conocido que nuestras posturas en torno a ese asunto son discordantes, pero no debería suponer ningún obstáculo para asegurar la gobernabilidad del Ayuntamiento de Gernika», explicó, el portavoz soberanista, José Ramón Bilbao 'Buli'. «De hecho, estaba incluido entre los desacuerdos desde que empezamos a trabajar con el PNV con el objeto de presentar la moción de censura contra Gorroño», insistió.

A pesar de este obstáculo, representantes de EH Bildu mantienen la convicción de que el acuerdo es posible e insisten en que la consulta popular puede ayudar a desatascar las negociaciones. «Se trata de dar la palabra a los y las gernikarras con el compromiso por ambas partes de acatar lo que elija la ciudadanía», lanzaron como solución. «Si hay consulta habrá acuerdo», remarcaron.

Un análisis del que discrepan en el PNV. El cabeza de lista de los jeltzales en Gernika descartó este martes, en conversación con este periódico, la celebración de una consulta porque «los ciudadanos han hablado ya en las elecciones» de mayo y el PNV se llevó la victoria en las forales con, entre otros, el proyecto del Guggenheim.

Fuentes de la dirección del EBB van más allá y aseguran que no investirán a un alcalde que esté en contra del Guggenheim de Urdaibai, un proyecto que consideran «prioritario». Una posición que prácticamente cierra las puertas a la designación de José Ramón Bilbao salvo giro de última hora. José Mari Gorroño permanecería en la Alcaldía, aunque en minoría, al no contar tampoco con el respaldo del PNV, que sí apoyó su investidura.