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El colectivo Lobak, integrado por nietos de los supervivientes del bombardeo que asoló Gernika en 1937, ha solicitado a responsables de la cadena de supermercado Lidl que desista de su intención de derribar el depósito de agua de la antigua fábrica de leche condensada Los ... Pirineos, anterior al bombardeo de Gernika y que aún se mantiene en pie. Se trata, de hecho, de uno de los pocos vestigios que conserva la villa foral del brutal ataque que sufrió a manos de la Legión Cóndor alemana y la Aviazione Legionaria italiana, y que la marca alemana tiene previsto derruir dentro del plan de adecuación de su supermercado, situado en Goikoibarra kalea.
«Cientos de personas murieron y el 85% de los edificios de Gernika fueron arrasados», recuerdan los nietos de los supervivientes que sufrieron aquella barbarie en la petición que han enviado a las centrales de la marca, tanto de Bilbao como de Alemania. «Les rogamos por favor que preserven el depósito de Los Pirineos porque para el pueblo es de vital importancia mantener lo poco que quedó tras el horrible bombardeo», insiste Lobak.
La solicitud cuenta también con el apoyo de otras agrupaciones locales como la asociación de Historia Gernikazarra y Gernika Batzordea, que aboga también por el traslado del cuadro 'Guernica' de Picasso a Gernika. «Sería una pena que destruyeran un elemento que es parte de nuestra memoria colectiva», defienden en su petición.
Al parecer, el supermercado Lidl argumenta el derribo del histórico depósito de Los Pirineos a que «se encuentra en mal estado y afectaría a las adecuaciones que pretenden llevar a cabo en su establecimiento», explican desde Lobak. «El Ayuntamiento también les ha concedido el permiso de derribo pero nosotros abogamos porque estas señas o elementos arquitectónicos, anteriores al bombardeo, se mantengan y pongan en valor de alguna manera», reiteran las mismas fuentes.
La fábrica Los Pirineos de Gernika se puso en marcha en el año 1913, de la mano de los hermanos Ricardo y Juan Tomás Gandarias, junto con tres socios más. Se mantuvo en activo durante tres décadas, hasta el estallido de la Guerra Civil. «Fue una de las más importantes del País Vasco y la primera que comercializó en España la leche condensada», rememoran todavía los gernikarras.
La factoría contaba con alrededor de 40 trabajadores y se abastecía de la leche de los caseríos de los municipios de alrededor de Gernika. De sus instalaciones salían también latas de mantequilla y caramelos «de café con leche», cuentan.
En la actualidad, solo se conserva de manera aislada el depósito de agua del edificio, como único vestigio de sus años de esplendor y los tristes acontecimientos que vivió Gernika durante su bombardeo.
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