Los arrantzales finiquitan la costera del bonito con el precio del pescado hundido

«Apenas quedan unas jornadas para cerrar la temporada, que quizá puede prolongarse un poco más si el estado de la mar obliga a las embarcaciones a permanecer amarradas varios días», ha señalado el presidente de la Federación de Cofradías de Bizkaia, Eusebio Arantzamendi.

Aunque cada verano es diferente, los pescadores vascos, procedentes principalmente de los puertos de Bermeo, Ondarroa y Lekeitio, así como de Getaria y Hondarribia, partieron ilusionados. Los primeros ejemplares llegaron pronto al Cantábrico, desde Galicia hasta los caladeros de Bizkaia y Gipuzkoa, por lo que confiaban en una potente campaña.

Además, la masiva afluencia de especies como el verdel y la anchoa ya presuponía unos apresamientos especialmente generosos al tratarse de peces que atraen al bonito.

Sin embargo, nunca llueve a gusto de todos. Las abundantes capturas, con descargas históricas como la protagonizada a primeros de julio con un millón de kilos en toda la cornisa cantábrica, unido al stock conservero y la competencia de franceses e irlandeses han hundido el precio del 'príncipe azul'. «Se ha pagado un 25% menos», reconoce el director de Pesca del Gobierno vasco, Leandro Azkue.

«Los costes de producción de las conserveras ha aumentado enormemente, el consumo ha bajado mucho, y han pagado menos de lo habitual en las subastas», detalla.

Las piezas más grandes apenas se han comercializado por encima de los 3,5 euros el kilo, mientras que los medianos -entre cuatro y siete kilos- se han quedado en 2,45. Lejos quedan los que no entran en la báscula, al pesar menos de cuatro kilos, al cotizarse menos de 1.5 euros. La cotización media en 2022 fue de 4,25, según fuentes de las cofradías guipuzcoanas. «Son los más bajos de los últimos siete años», indicaron.

«La demanda de bonito para fresco es baja y cuando han mucha oferta, como ha sucedido, se destina a congelar y eso supone que los precios caen muchísimo», ha reconocido el presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, José Basilio. «Este año hemos tenido picos de grandes capturas y luego otras más deficitarias, como a primeros de agosto, al estar la flota amarrada por el mal tiempo, lo que siempre eleva su cotización», detalla.

Además, la flota de cebo vivo esta trabajando a distancias relativamente cercanas como para regresar a las lonjas de Euskadi a vender las capturas, mientras que las de cacea, por el contrario, necesitan salir más lejos. «Tampoco ayuda que se trate de una pesca olímpica, es decir, que cada barco capture cuanto pueda, sin topes diarios ni semanales porque no contribuye a elevar los precios», recalca el cofrade mayor.

Los arrantzales también claman con dureza contra los pelágicos franceses e irlandeses que operan en las mismas aguas con artes poco selectivas que además generan un grave impacto en las poblaciones marinas.

«No recurren a métodos sostenibles como nosotros, sino que son mucho más invasivos llevándose por delante no sólo el bonito, sino también especies como delfines o cetáceos», señalan desde el puerto de Bermeo. «Al estar geolocalizados, nos siguen y arrasan con todo», añadien. «A todos los que somos artesanales, nos quieren sacar de la mar», denuncian. «Parece que la apuesta es por lo barato e industrial», lamentan varios patrones de la villa marinera.