Arranca la costera más deseada

«No es que se haya subido el cupo, es que se ha añadido el excedente del bocarte que no se apresó la pasada temporada», han señalado desde la federación de cofradías.

Al aumento de las posibilidades de pesca se suma además los resultados de los estudios científicos realizados por Azti que han decretado el buen estado de salud que presenta la población de esta especie, aunque también han alertado de una disminución evidente en la talla y peso medio de la 'reina' del Golfo de Bizkaia.

Precisamente, tras varias costeras con unidades más pequeñas de las deseadas, la del año pasado estuvo marcada por la aparición de piezas de buen tamaño que permitió a los arrantzales atraer a los conserveros y recuperar parte de la cuota del mercado que habían perdido en beneficio de mercancía extranjera.

Los bancos de anchoa también se acercaron al litoral vasco lo que permitió al puerto de Ondarroa situarse de nuevo a la cabeza del Cantábrico en el volumen de descargas con cerca de 5.000 toneladas.

«Las previsiones son buenas, algunos barcos que han apresado sardina han visto algo de anchoa, pero todos sabemos que hablar de la mar, es equivocarse seguro», ha reconocido el presidente de la Federación de Cofradías de Bizkaia, Eusebio Arantzamendi.

Lo que si es seguro, es que el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Pesca ha decidido mantener –con algunos cambios menores– los criterios de gestión de la especie más rica y rentable para la flota de cerco del Cantábrico noroeste. De esa manera, la campaña, si no se agota la cuota, acabará el 30 de noviembre. El primer semestre se podrá capturar el 85% y el resto se reservará para la segunda mitad del año.

Una de las variaciones acordadas por unanimidad es el aumento del límite diario. De marzo a junio, incluidos, podrán llenar las bodegas con 10.000 kilos para los barcos más grandes. Durante esos cuatro meses, la talla será un máximo de 60 bocartes por kilo. Como referencia: a las conserveras, les interesa que cada kilo lleve entre 30 y 36.

Armadores y tripulación están deseando comenzar. Lo harán primero capturando verdel, aunque buena parte de la flota tiene un cupo muy bajo y solo les dará para un par de jornadas. «El cambio climático es palpable y evidente en la mar y parece que los ciclos se están desdibujando», reconocen desde el muelle de Bermeo. «Está como pegado al fondo, no quiere salir y no sabemos porqué», añaden.