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Iratxe Astui
Gernika-Lumo
Viernes, 31 de enero 2025, 19:56
«El voluntariado no es solo una actividad altruista, sino una herramienta poderosa de transformación personal y social». En base a esa premisa, el frontón Jai Alai de Gernika se convirtió ayer por primera vez en punto de encuentro para más de 300 estudiantes vizcaínos, de entre 15 y 18 años, dispuestos a descubrir el significado de un término del que «todos hemos oído hablar muchas veces y que suena a una acción buena, pero cuyo significado real desconocemos», reflexionaba la joven gernikarra Maider Macías.
La Feria del Voluntariado, organizada en la legendaria cancha de la villa foral por los servicios de Juventud de la comarca de Busturialdea, en el marco del programa foral Bizkaia Gara, se abrió a los asistentes como una plaza con puestos, donde los representantes de una quincena de asociaciones explicaron a los chavales en detalle en qué consiste su labor y cómo pueden formar parte de ella.
Desde entidades locales hasta organizaciones con alcance internacional como Cruz Roja, cada mostrador ofrecía información sobre proyectos en áreas tan diversas como la atención a personas con discapacidad, la protección del medio ambiente, el apoyo a personas mayores o la cooperación al desarrollo. «Hace siete años que me introduje en este mundo a través de un amigo, y he comprobado que todo el cariño que das lo recibes de vuelta con creces», aseguraba Iker Grandmontange, voluntario en la asociación Aspace. Bego Olazabal, usuaria del grupo de Atención a la Parálisis Cerebral, agradeció por su parte la labor desinteresada que prestan los chavales, «que se portan genial con nosotros y nos facilitan mucho la vida», subrayó esta mujer con gratitud.
Eva Zuazo, voluntaria vizcaína de 25 años, sabía que había muchas formas de ayudar, pero no fue hasta el complicado año 2020, cuando estalló la pandemia, cuando descubrió hasta qué punto su labor podía «marcar la diferencia». Aquella primera experiencia como voluntaria no solo le brindó «una gran satisfacción personal», sino que «además me abrió nuevas puertas en el ámbito profesional». De hecho, como graduada en Educación Social, Zuazo encontró en el voluntariado «una vía para acercarme a distintos colectivos y poner en práctica mi formación», explicó.
Desde la organización Caritas Bizkaia, Olatz Hilario insistió también en el fomento del voluntariado entre los jóvenes como motor por el cambio social. «Una vez que les muestras en qué consiste, todo lo que pueden hacer por los demás, y que además no les supone un gran esfuerzo, los jóvenes muestran interés y se animan a entrar en acción», asegura esta voluntaria. Junto a su compañera Lourdes Fernández, alerta sobre «el preocupante discurso de odio que existe en las aulas». «Tenemos que incidir más en el trabajo de sensibilizar a los estudiantes en ese sentido», insistieron.
Los jóvenes que ayer participaron en la primera Feria del Voluntariado de Gernika también tuvieron la oportunidad de conocer las experiencias de las jóvenes italianas Alessia Montagner y Carolina Lai, que compartieron su vivencia ayudando en el extranjero a los que más lo necesitan. Ambas comentaron que «el voluntariado es una labor que «nos brinda la posibilidad de aprender otros idiomas y hacer nuevos amigos de otras culturas».
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