
MAIKA SALGUERO
Lunes, 26 de diciembre 2016, 23:57
Un árbol de Navidad reciclado de dos metros de altura preside la plaza de Ajangiz. Padres e hijos han aprovechado los restos de poda de unos plataneros para realizar el montaje y concienciar a los más pequeños sobre la importancia del reciclaje. «A la hora de la merienda nos reunimos en la plaza del pueblo y se nos ocurrió la idea cuando podaban unos ejemplares a escasos metros. Así les enseñamos a los críos de que con poco se pueden hacer grandes cosas y evitar el consumismo típico de estas fechas», explicó Josu Beitia, uno de los impulsores de la idea.
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El árbol está fabricado básicamente con ramas y piñas decoradas y para iluminarlo han utilizado el mecanismo de una dinamo. «Lo hemos conectado a una bicicleta estática, de manera que al pedalear genera la energía motriz suficiente para encender las luces. No ha sido fácil porque no somos expertos pero gracias a internet y paciencia lo hemos armado», reconoció. Al mismo tiempo que inculcan a los más pequeños hábitos respetuosos con el medio ambiente, los progenitores y sus hijos han disfrutado del trabajo en equipo. «Ha sido divertido y sobre todo los más pequeños han alucinado al comprobar que se encienden las luces cada vez que pedaleamos», destacó.
En Busturia
Cada vez son más los personas que se animan a utilizar material de desecho para los adornos navideños en la zona. De hecho el pasado año escolares del colegio de Busturia también construyeron un árbol y varios adornos con botellas de plástico, tetra bricks y ropa vieja. Además de sensibilizar a los estudiantes, el centro pretende implicar en la tarea de reducir, reutilizar y reciclar. «Son desechos nuevamente empleados que sirven para embellecer cualquier rincón, sin coste alguno. A ver si sirve de ejemplo», afirmaron.
Este tipo de iniciativas fomentan la participación y la creatividad de los chavales. «Ciertos materiales que ya no usamos pueden cobrar vida nuevamente convirtiéndose en otros objetos completamente distintos a su función principal». Este año, los estudiantes de Busturia han elaborado con material reciclado los muñecos de Olentzero y su compañera Mari Domingi.
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