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La conversación se desarrolló ayer en el tren de Bermeo a eso de las 9.30, cuando un grupo de buzos ya estaba recogiendo en el puerto vizcaíno los desechos del fondo: una batería, maromas, tubos... «¿Sabes cuántos años tarda en descomponerse un pañal?», preguntó una pasajera a las dos amigas que la acompañaban. Tenían a la vista la playa de Laida, donde familias y cuadrillas reconocibles por sus camisetas azules colaban la arena con un cedazo. Lo hacían tal y como habían explicado los organizadores de la jornada 'Zero Plastiko Urdaibai', iniciativa con la que se celebraba el Día Mundial de los Océanos. «Un pañal tarda en descomponerse 400 años. Y ¿cuántos pañales usa un bebé?», prosiguió la pasajera del tren.
Nadie hubiera formulado esa pregunta en Bizkaia hace unas décadas, cuando los bañistas tomaban el sol en la playa con galipó adherido a los pies. Estaban habituados a las colillas de la arena y a los restos de plástico que la marea se llevaba y luego devolvía a la orilla, mezclados con palos, hierbajos y algas. Un plástico en superficie que representa el 15% del que va a parar al mar, mientras que el otro 85% se lo tragan los peces, expandiéndose por la cadena alimentaria. Realmente, en los años ochenta sólo unos cuantos pensaban en eso. Pero ya nadie quiere pagar ese precio. Lo demostraron ayer los 2.500 voluntarios en tierra y cerca de 300 submarinistas que, tras haberse agotado las inscripciones disponibles hace dos semanas, acudieron a la reserva de la biosfera de Urdaibai para retirar el plástico, que no deja de ser otro derivado del petróleo como el galipó. En cuatro horas, entre las 9.30 y las 13.30, recogieron unas ocho toneladas.
'Zero Plastiko Urdaibai' surgió de la confluencia de dos proyectos: el del club de submarinismo de Bermeo Izaro Sub y otro del Patronato de Urdaibai. Con el respaldo de la Diputación y del Gobierno vasco, un ejército de ciudadanos distribuidos en grupos por 14 sectores dio una minuciosa batida por la ría de Gernika y sus aledaños. La tarea se desarrolló tanto en los márgenes del cauce, como en el litoral y el lecho marino, aunque la mar de fondo complicó las cosas a los submarinistas, que no pudieron repasar todos los puntos previstos. Daba igual. Sobre las 14.00 horas todo el mundo se fue congregando en la sede del Patronato de Urdaibai, en Busturia, en torno a un marmitako, juegos hinchables y una orquesta. Los niños, por una vez, no habían levantado castillos de arena, sino que la desmenuzaron en sus manos.
«Si echas sal al agua del balde, el plástico flotará; lo distingues porque los pedacitos de las conchas se hunden», explicaba un crío a su hermana en Laida. Habían encontrado pocos microplásticos, pero les habían avisado que fueran pacientes. Los padres hacían lo mismo que ellos con otros matrimonios, en un grupo separado de los chavales. Uno de esos adultos era Josu, de Gernika, que resumió su función sucintamente. «Cogemos el microplástico y lo fotografiamos sobre este papel cuadriculado que ves. Los cuadros permiten reconocer el tamaño del plástico. Estamos tomando muestras desde la orilla hacia el interior, cada veinte pasos».
El presidente del Athletic, Aitor Elizegi, observaba de lejos a las cincuenta o sesenta familias y cuadrillas que revolvían la playa en marea baja. Quizá recordó cómo estaba la ría del Nervión cuando los leones ganaron sus títulos a comienzos de los ochenta. Él había ido ayer a Laida con los chicos y chicas del equipo inclusivo Genuine, de la Fundación rojiblanca. Echaron una mano como los demás, emulando por momentos a los voluntarios que se dispersaron por la Costa da Morte gallega tras el hundimiento del petrolero 'Prestige'. Aunque en Urdaibai no hubo que recoger chapapote, sino el cuadro de una bici, cubiertos de plástico...
«Esto es un comienzo. Llevará tiempo», habían resaltado a primera hora de la mañana las pasajeras del tren de Bermeo. «Deberíamos salir de casa con una bolsa, aunque en principio no vayamos a comprar nada», confesó una de ellas. «Sacamos la bolsa al ir al supermercado, pero no cuesta nada llevar encima una pequeña mochila».
El consejo confirmó que el medio ambiente no es, como en el siglo pasado, el ideario de una minoría concienciada, de economistas avanzados ni de activistas como el fotógrafo Fernando Pereira, que murió ahogado en 1985, en el puerto de Auckland (Nueva Zelanda), cuando los servicios secretos franceses hundieron con dos explosiones el barco 'Rainbow Warrior', de Greenpeace. Dos años antes del crimen, las corrientes marinas habían arrastrado enormes bidones y residuos por el Golfo de Vizcaya, cerca de las costas francesas. Era la secuela de la terrible gota fría que asoló el País Vasco con un balance de 34 muertos.
¿Se acordaban de aquello ayer en Urdaibai? Pocos en la masa de voluntarios que se desplegó por la Reserva de la Biosfera habían nacido cuando se produjo aquel desastre medioambiental. Los tiempos son distintos, como se apreciaba en las reacciones de la gente. «Esto es lo que hemos encontrado», dijo un submarinista que acababa de subir a la superficie con unos restos irreconocibles en la mano. Su cara transmitía asco.
Cada generación proyecta su mirada sobre el paisaje. La jornada 'Zero Plastiko Urdaibai' no se puede entender sin el símbolo del 'Rainbow Warrior', pero tampoco sin la nueva heroína de las redes sociales como Greta Thunberg, la adolescente sueca que se plantó con un cartel ('Huelga en la escuela por el clima') en la cumbre de Katowice. Hasta la Fundeu, la fundación del español urgente, recomienda ya la expresión 'crisis climática' en vez de 'cambio climático' (las temperaturas también aumentaron y retrocedieron en otras épocas).
Y es así como lo entienden ahora los vascos, que a diferencia de sus abuelos y sus padres saben que Urdaibai esconde grandes tesoros, además de las cuevas de Santimamiñe y las ruinas de época romana en Forua. También están los bosques que ardieron hace décadas, las dunas de Laga, el centro de avistamiento de aves... Atractivos para quienes tenían Urdaibai en el recuerdo. «Soy de Vitoria. Me traían a Laida de pequeña. Hacía mucho que no venía», confesó Marta, una voluntaria.
De los peligros que amenazan ese territorio de la infancia pueden hablar los surferos australianos que cabalgan la ola izquierda de Mundaka, bajo la cual la corriente revolvía ayer un montón de porquería. No lejos de allí era sugerente ver a voluntarios aseando el entorno de Gaztelugatxe, el escenario de su serie preferida, 'Juego de Tronos'. La sola idea de que el mundo de los personajes Daenerys y Jon Snow pueda ser una mentira de basura y plástico ha hecho recapacitar a quienes acarician grandes proyectos en Urdaibai. Que no sean el cuento de la lechera depende de algo sencillo: el escenario tiene que estar limpio. «¿Sabes cuántos años tarda es descomponerse un pañal?».
Información relacionada
9.30 a 13.00: Recogida de residuos.
13.00 a 15.00: Busturiko txistulariak y Irrintzi Alai Dantza Taldea.
14.00 a 15.30: Comida popular: marmitako (la comida será gratis para las personas voluntarias participantes en la jornada de limpieza).
15.30 a 16.00: Bertsolaris.
16.00 a 17.30: Charlas (Charla informativa y taller 'Microplásticos en el golfo de Bizkaia', impartida por Joana Larreta de AZTI. La actividad incluye un taller de pintar barquitos de madera, dirigido por Irene Ruiz de AZTI, que serán utilizados por los científicos para localizar acumulaciones de basura en el océano. 'Ríos limpios para tener playas limpias', Victor Peñas. URA. 'Ecopatrulla'. Izaskun Suberbiola, Mater Barco Museo Ecoactivo. 'La contaminación oculta: plásticos y basuras en las cuevas y simas de Urdaibai'. Gotzon Aranzabal. Grupo de Espeleología ADES
16.30 a 18.30: Visitas guiadas a la exposición de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Escultura gigante a cargo de la artista británica Lesley Yendell. Talleres de reciclaje de plásticos y escultura gigante. Inauguración del Laboratorio de Plástico: ¿Cómo se puede reciclar el plástico? Analizando basuras marinas. Mater Barco Museo Ecoactivo. Drap-Art. Drap-Art es una organización sin ánimo de lucro creada en Barcelona en 1995 y con el objetivo de promover el reciclaje creativo. Los artistas de esta organización crean su trabajo con objetos sin uso, objetos encontrados o artículos dañados y los convierten en piezas de arte.
18.30 a 21.00: Konboak: K1º, K2º, K3º y Some Rockers. Kicking and Alive. Maren
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