

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Ignacio Fariña (Bilbao, 1967) ha desarrollado toda su carrera profesional como docente y orientador laboral. En la Fundación Peñascal, en la que en los últimos ... diez años ha coordinado los programas de intervención social e intermediación para el empleo, lleva décadas trabajando con jóvenes extranjeros que vienen a Euskadi a labrarse un futuro. Hace apenas un mes se incorporó al Gobierno vasco como director de Acogida e Integración a las Personas Migrantes y tiene claro que hay que «favorecer» la llegada de inmigrantes a través de «contratos» en los países de origen para que el viaje sea «más seguro» porque los flujos, independientemente de que se cierren o abran fronteras, «van a seguir».
- Se estrena en el cargo en plena disputa por el reparto de los menores no acompañados.
- En este tema lo que se puede exigir es una corresponsabilidad. No se trata tanto de escurrir el bulto o tratarles como un cupo, sino de asegurar que van a tener procesos de inclusión interesantes y que todas las comunidades estén alineadas.
- En Bizkaia hay 600, el doble que hace un año, y recursos para 400. ¿Es posible esa inclusión en un sistema sobrepasado?
- La Diputación está haciendo un buen trabajo. La base es acertar con estrategias que hagan coincidir lo que se está haciendo a nivel institucional con las intenciones y las expectativas de las personas que llegan. Y la expectativa es el empleo, conseguir la mayoría de edad con unas condiciones para llegar al empleo.
- ¿Qué sucede con ellos al cumplir los 18?
- Es un escenario relativamente nuevo, pero cuando salen del proceso de infancia tienen permiso de trabajo, y eso favorece los procesos de inserción. Esa fase en la que no sabían a dónde ir la hemos superado ya, hemos aprendido de los errores. Aquí se está ofreciendo ese escenario y la inserción laboral en Bizkaia es sensacional.
Noticia relacionada
- ¿Ese escenario podrá mantenerse? Hay muchos chavales y más de 5.000 esperando en Canarias.
- Hace falta preguntarnos, en el siglo XXI, que Euskadi es una potencia económica, si podemos permitirnos acoger o no. Y además son personas, hay que ejercer una solidaridad y pensar que esos flujos migratorios no dependen completamente de nosotros; por mucho que endurezcas la entrada o la salida, están aquí y es necesaria una atención.
- ¿Pero va a ser posible ofrecerles más que cama y comida con unos servicios saturados?
- Sí. Antes puede que llegara una persona extranjera y si había un hueco en una formación que no tenía nada que ver con sus expectativas, se le mandaba. Hemos aprendido mucho y se hace un esfuerzo muy grande en que adquieran sobre todo las competencias básicas, como la capacidad de comunicación, las habilidades para situarse dentro de la ciudad o el pueblo donde viven y acercarles al mundo formativo.
- ¿Comparte la sospecha de la Diputación de que hay mafias que traen a los chavales a Bizkaia porque aquí se les atiende?
- Siempre ha habido oportunismo. Eso no es una realidad nueva, ni es una realidad que se enfoque solo hacia los menores. Hay personas a nuestro alrededor, por ejemplo, que venden y compran padrones. No sé si llamarlo mafias porque no sé qué nivel de organización tienen, pero realmente tenemos un problema, porque causan un problema. Cuando hacen ver a una persona que está en su país que en Bilbao te acogen, están vendiendo una idea del viaje que no se ajusta a la realidad.
- La sociedad vasca, en general, es abierta a la inmigración, pero según Ikuspegi el 62% quiere poner límites a la acogida de menores y el 20,9% les devolvería a su país.
- Hay una aceptación de la inmigración, y creo que tenemos que estar orgullosos porque estamos construyendo una nueva sociedad muy intercultural. Y hay otras consideraciones que todos los que hemos trabajado con menores tenemos clarísimas: es mejor que no estén, que estén con su familia, pero es que están aquí porque el medio en el que estaban antes era hostil, y hay que integrarles. Quiero pensar que esa respuesta se explica desde ese sentimiento. Ahora bien, también soy sensible a lo que mis vecinos y mis vecinas dicen, me da que pensar y me preocupa.
- Se les vincula con la inseguridad, como en el caso del centro de Sopuerta.
- En un inicio es por un miedo lógico, que es comprensible. Problemas hay y va a haber siempre, pero como los hay en todas las comunidades de vecinos. El asunto es ser capaces de solucionarlos rápido. Se trata de ajustar los recursos a la realidad de alrededor y al perfil de los chavales.
- El rechazo a la inmigración es mayor entre los chicos jóvenes que en el resto de la sociedad.
- Son fenómenos curiosos, pero me parece terrible. Yo he oído a chavales con los que he estado trabajando y que les conozco bien, chavales marroquíes, hablar de los 'putos moros', y me llama mucho la atención. Lo que hay es miedo a la pobreza, a ver gente tirada en la calle. ¿Por qué los latinos votan a Trump? Porque el racismo no es una cuestión de origen, sino de pobreza.
- ¿Ha variado el perfil de las personas que llegan?
- Va variando la procedencia. Aunque los flujos migratorios son muy complicados de prever, estamos teniendo contactos con los países de origen, como Marruecos, para favorecer un tránsito más seguro en la medida en que hay posibilidades laborales. Queremos favorecer la contratación en origen para que las rutas migratorias sean más seguras y no tengan que venir los menores solos cruzando el Atlántico.
- O sea, que el Gobierno vasco traería a los migrantes.
- Estamos viendo posibles esquemas. Si aquí hay, por ejemplo, necesidad de albañiles, que las empresas puedan formar a las personas en el país de origen y que vengan ya contratados, aunque eso no quita para que las personas que aparezcan aquí tengan una atención digna. Me parece muy interesante esa migración circular, de capacitar a las personas que puedan salir a trabajar y que puedan optar en un futuro por volver o por quedarse.
- La UE acaba de plantear centros de deportación.
- Si los padres fundadores de la UE levantaran la cabeza... ¿Qué decimos que somos los europeos? La luz de la democracia, de la libertad... pero eso se echa en falta ahora mismo en las políticas europeas.
- La población extranjera en Euskadi ha crecido en 20.000 personas en un año. ¿Cómo se integra a tanta gente?
- Ese es el gran reto. Y pensar a 10 años vista, que seguirá creciendo. En los 50 se produjo, con todas las diferencias que pueda haber, un gran flujo de personas por las necesidades industriales que causó problemas a los que venían y a los que estaban. Pero se fueron arreglando y se creó la sociedad en la que estamos. Es una obligación construir algo juntos, resolviendo los problemas que puedan surgir, que van a surgir y no hay que esconder la realidad. Tampoco podemos hacer guetos.
- Ya se están creando.
- Pero es por el poder adquisitivo para acceder a una vivienda. Van donde alcanzan las rentas que generan, pero no es un tema migratorio, sino de pobreza. Y en este caso no se pueden poner medidas para las personas extranjeras sin pensar en las de aquí, porque ese problema es común.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El mejor restaurante de comida sin gluten de España está en Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.