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Martes, 25 de mayo 2021, 11:55
Llega el buen tiempo, empezamos a pensar en el momento de ponernos el traje de baño y pisar la playa… Son muchas las personas que a estas alturas del año se plantean la necesidad de hacer deporte y ponerse en forma. Los beneficios de abandonar la vida sedentaria para nuestro organismo son numerosos pero ¿cómo conseguir crear el hábito de hacer ejercicio e incorporarlo a nuestro estilo de vida? El especialista en Medicina Deportiva de IMQ, Pablo Aranda, nos da algunos consejos para lograr este objetivo.
Parece una obviedad pero para incorporar la práctica deportiva en nuestro día a día el primer paso es ser realistas. «Hay que buscar un deporte que nos guste, nos motive pero que nos vaya a resultar fácil realizar», señala el doctor Aranda. «Si quiero nadar pero no tengo una piscina cerca de casa, tal vez sea más sencillo empezar por apuntarme al gimnasio del barrio».
También debemos ser conscientes de cuál es la forma física de la que partimos. «Si llevamos tiempo siendo sedentarios no podemos pretender empezar por hacer actividades de alta exigencia como el crossfit, tan de moda actualmente».
A menudo, tomamos la decisión de hacer deporte, nos compramos el equipamiento y nos emocionamos. «No podemos pretender correr una carrera desde el primer día. Hay que empezar de forma gradual y ser constantes», explica el responsable de la Unidad de Medicina Deportiva de IMQ Zorrotzaurre. Lo ideal es llegar a entrenar una media de una hora tres días por semana. De esta forma podremos conseguir los beneficios a nivel físico (fortalecer el sistema cardiovascular, huesos y articulaciones, control de peso…) y mental (manejo del estrés, mejora de la autoestima…) que nos aporta el deporte.
Si no hay una práctica deportiva que nos motive de antemano lo más sencillo es andar. Pero… ¿andar es un deporte? No, si nos dedicamos a parar cada dos por tres para mirar escaparates. Sí, si lo hacemos de forma continua y a buen ritmo. Caminar no requiere habilidades especiales, ni un condicionamiento avanzado o algún equipo especial. Todo lo que se necesita es un buen par de zapatos o zapatillas y ropa cómoda.
«Si mantenemos la constancia, caminar se nos quedará corto y el cuerpo nos pedirá empezar a correr», explica Pablo Aranda. «A partir de ahí, empezamos a combinar andar y correr en un mismo entrenamiento hasta ser capaces de correr sin que el cuerpo sufra. Y con el tiempo podemos plantearnos metas asequibles como participar en una Herri Krosa que nos ayude a motivarnos».
Otra manera de motivarnos es hacer deporte en compañía. Aunque la pandemia ha puesto limitaciones en este sentido, compartir nuestra afición con un amigo o amiga puede ayudarnos a no fallar al entrenamiento.
Hacer deporte es una fuente de beneficios pero ¡ojo! porque también puede serlo de lesiones si no lo hacemos de la forma adecuada. Revisar nuestro estado de salud mediante un reconocimiento médico deportivo es recomendable en este sentido. «Muchas personas asocian este tipo de reconocimientos con el deporte de élite», nos cuenta el responsable de la Unidad de Medicina Deportiva de IMQ en Zorrotzaurre, donde pasan sus reconocimientos, entre otros, los jugadores del Athletic Club y el Bilbao Basket. Sin embargo, cualquier persona que practica deporte de forma habitual puede beneficiarse de someterse a este tipo de pruebas. «Son especialmente recomendables si empezamos con el deporte más allá de los 35 años. La prueba de esfuerzo permite detectar patologías cardiacas difíciles de observar en estado de reposo».
El reconocimiento médico deportivo, además de detectar si existe algún problema que nos pueda impedir continuar con el entrenamiento, nos permite conocer una serie de datos relativos a nuestra resistencia y rendimiento durante el ejercicio físico. La prueba se personaliza y adapta a las necesidades de cada deportista y permite, además, optimizar el plan de entrenamiento y ayudarnos a alcanzar nuestro máximo rendimiento sin arriesgar la salud.
La Unidad de Medicina Deportiva de IMQ Zorrotzaurre cuenta con especialistas en Medicina Deportiva. Además de reconocimientos médicos, ofrece consultas de nutrición deportiva, asesoramiento en la planificación y seguimiento de tus entrenamientos y consulta para tratamiento de lesiones relacionadas con el deporte.
IMQ dispone también de unidades de Medicina Deportiva en sus centros de Zurriola (Donostia) y Amárica (Gasteiz).
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