«¿Quién no conoce a una Fátima o a un Mohammed?»
Moufdi Kamel | Marruecos ·
Ha sido profesor de Química en la UPV/EHU y educador de menores, antes de trabajar en Biltzen. Lleva 28 años aquíSecciones
Servicios
Destacamos
Edición
Moufdi Kamel | Marruecos ·
Ha sido profesor de Química en la UPV/EHU y educador de menores, antes de trabajar en Biltzen. Lleva 28 años aquíTenía 21 años cuando, con otros tres compañeros de estudios, decidió dejar su hogar, en el barrio Emsallah de Tánger, para cursar estudios de Químicas en Londres primero y de Farmacia después, en Granada. A la hora de emprender el doctorado, solicitó inscribirse en varias ... universidades. «La del País Vasco fue la primera en responderme». Finalizada la tesis, enseguida arrancó su periplo laboral. Primero fue becario, después investigador y más tarde profesor de Química Ambiental en la UPV/EHU. «Fue un ambiente acogedor. Yo venía con una mochila llena de estudios, carrera, lenguas... y me recibieron con los brazos abiertos».
La Diputación de Bizkaia le contrató también como educador de menores no acompañados, tarea que realizaba por las tardes. «Lo de los 'menas' no es nuevo, se inició en el año 1994», indica este hombre a quien todos acostumbran a apelar por su apellido, Kamel, en lugar de por su nombre, Moufdi. En la actualidad, Moufdi Kamel, 54 años, casado con una vasca y sin hijos, trabaja como técnico superior en intervención social y consultor de programas en el Servicio vasco de Integración y Convivencia Intercultural Biltzen e insiste en invitar a un café mientras accede a contar las motivaciones que él ve tras la inmigración marroquí.
«Al sur tenemos desierto, de manera que la mirada es siempre hacia el norte. Primero por cercanía, segundo, por tradición histórica, porque los países del Magreb han sido excolonias, y en tercer lugar, porque aquí, en el norte, hay más derechos humanos». «Somos países ricos, que producimos mucho. El problema es que esa riqueza que se obtiene se vuelca en infraestructuras más que en educación y sanidad, y la población acaba huyendo de esos desequilibrios y disconformidades. Hay que invertir más en las personas y en el ámbito socioeducativo».
Moufdi Kamel observa que la inmigración que llega a Euskadi está cambiando de perfil. «Ahora vienen mujeres y niñas solas a partir de los nueve años. Desde mi punto de vista es muy triste, opino que Europa no se va a escapar y que hay que venir con cierta edad y preparación. Últimamente -añade- también estamos detectando la llegada de familias enteras que no son pobres ni del ámbito rural, sino de clase media. Por eso, el modelo vasco de acogida debería adaptarse a estas nuevas realidades. El actual es un modelo clásico, con mirada a los menores sin referente, cuando la realidad en estos momentos es otra».
Kamel cree que el colectivo marroquí, como el rumano y el pakistaní, no está en general bien valorado. Le parece «curioso», porque «cuando doy charlas de sensibilización siempre hay quien dice que conoce a una Fátima o a un Mohammed y que están encantados con ellos». «Es algo que me hace reflexionar, ¿qué sitio van a tener los niños y niñas que emigran, dónde van a trabajar? Pero también hay experiencias bonitas, como el proyecto Izeba impulsado por Baketik, una red de personas y familias dispuestas a ejercer de 'tíos' o 'tías' de menores de edad que viven bajo la tutela de la Diputación que lleva casi una década de andadura en Gipuzkoa y cuya viabilidad se está estudiando para Bizkaia. «No hemos detectado incidencias graves, salvo recelos de conflicto cultural relacionados con la religión. El estereotipo de que son chicos malos de la calle se rompe».
Moufdi Kamel suele viajar a la luminosa Tánger, una ciudad donde a mediados del siglo XX se hablaba en árabe, bereber y castellano y se escribía en francés varias veces al año. De Tánger se dice que es la ciudad africana más europea. Desde su casa ve las luces del sur de España. «Son 14 kilómetros los que nos separan», comenta.
Moufdi Kamel está instalado en Bilbao, es natural de Tánger y tiene 54 años. Está casado con una vasca y no tiene hijos.
Llegó a Euskadi para hacer un doctorado en Química Ambiental. De eso hace 28 años, pero ya llevaba cinco estudiando fuera de su país.
24.822 marroquíes viven en la Comunidad Autónoma Vasca. Representan el 38% de la población de origen extranjero. Según datos del Observatorio vasco de Inmigración, Ikuspegi.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.