Un congreso con 4.000 cardiólogos llena restaurantes y hoteles

Al igual que hace dos semanas, coincidiendo con el encuentro profesional de médicos de atención primaria llevado a cabo en el BEC, Bilbao ha encadenado un nuevo éxito con la llegada de tantos visitantes. El impacto del evento de esta semana se moverá en los mismos parámetros y alcanzará por igual a los locales de lujo y a los especializados en menús diarios.

«Estamos hasta arriba, con mesas muy grandes, y trabajando, fundamentalmente, durante las noches. Que nos llegue tanta gente entre semana es mejor aún», agradece Susana Martínez, propietaria del Cubita. «Estos eventos son vitales», alaba Fernando Canales del Etxanobe. «Es lo que necesita Bilbao. Estamos llenos. Queda algún hueco libre, que dejamos en 'stand-by'. No podemos pedir más», se felicita José Antonio Ramos, jefe de sala del Bilbao Berria. «Nos ayudan en el día a día», corrobora el responsable del Valparaíso, frecuentado por empleados de oficinas y comerciantes del Ensanche.

La presencia de tantos facultativos caerá como un guante en distingos sectores, más allá de restaurantes y establecimientos de alojamiento. Según Joseba Goirigolzarri, responsable de la organización Destino Bilbao, taxistas y comerciantes se beneficiarán también de un cogreso que, remarca, tiene una duración de tres días, aunque el último día tendrá menor incidencia. «Se queda menos gente y se nota el bajón». reconoce.

Goirigolzarri agradece, no obstante, la organización de estos eventos al garatizar, como mínimo, en casi todos los locales pernoctaciones próxima al 80%. Porcentajes altos que se suceden en víspera del puente de Todos los Santos, que ha encarecido sensiblemente las tarifas hoteleras, hasta situar el precio de las habitaciones en torno a los 130 euros.

La coincidencia con el partido que enfrentará hoy al Athletic y el Slavia Praga presentará una ciudad a reventar, lo que que ha llevado a los hosteleros a pedir a los taxistas que «cuiden a los clientes». Con este llamamiento les invitan a reforzar la «atracción» de la villa y que los viajeros vuelvan a Bilbao «por ocio y no solo por trabajo», explica un relevante hostelero que agradece el gesto de un cliente irlandés que, seis años después de las finales mundiales de rugby, regresó a su local y le mostró una foto que ambos se habían hecho en 2018 en el restaurante. «Por eso hay que mimar a la gente», reivindican.