Vascos de altos vuelos: «No me conformo con una vida que la sociedad ve 'buena'»
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Este bilbaíno de 28 años y graduado en ADE tuvo claro desde siempre que quería disfrutar de su pasión por la aventuraLeire Fernández
Lunes, 6 de mayo 2019, 00:27
Iñigo Aldecoa llevaba tres años en British Columbia, Canadá, trabajando como entrenador de surf y guía de pesca cuando se le cruzó la oportunidad de cumplir uno de sus sueños, navegar alrededor del mundo. Este bilbaíno de 28 años, graduado en ADE y apasionado de ... los deportes, no se lo pensó. «La idea siempre estuvo en mi mente, pero supongo que o no era el momento o tenía otras prioridades, hasta que hace unos meses me vi en Canadá, hiperactivo y con ganas de algo nuevo y decidí enrolarme en un velero, porque quería el viaje más difícil posible», detalla.
Con la determinación por bandera, consiguió ser parte de la tripulación de un velero de 44 pies (14 metros) por medio de una página web, junto con otros tres jóvenes alemanes. «La idea es navegar durante 11 meses, saliendo de Miami hacia Bahamas siguiendo por Cuba, Jamaica, Colombia, Panamá cruzando el Pacífico, parando en Galápagos, la isla de Pascua hacia la Polinesia Francesa y ¡acabando en Nueza Zelanda!», describe Aldecoa, quien en el momento de realizar esta entrevista se encontraba navegando al sur de las Bahamas con destino a Cuba.
Para decidir en qué lugar hacer una escala se reúnen y estudian el viento, las mareas... así eligen hacia dónde ir y cuándo. «Hacemos escalas todo el rato. Una vez llegamos a destino, primero busco si hay alguna ola surfeable en los alrededores y después, dependiendo de la mar, o voy a hacer pesca submarina o a explorar las islas. Siempre aprovechamos al máximo cada lugar debido a que el viajar en velero te permite llegar a lugares a los que no podrías acceder si viajaras de la manera convencional», explica.
Además, procuran evitar ciudades o lugares con una vida más normalizada, lo que les permite admirar más las diferencias entre las distintas culturas que se encuentran por el camino. «Hay miles de disparidades. Desde el minuto uno todo es muy diferente, comida, cultura, estilo de vida...». Y no solo ve estas distinciones ahora en alta mar, sino que en sus casi tres años en Canadá vivió durante dos en un tráiler, o motor home, «en el medio de bosque, sin baño, mi baño era la naturaleza, y sin internet. Lo tuve que acabar dejando porque tenía un par de osos viviendo alrededor y el dueño de la propiedad no vio seguro que siguiera allí».
En cuanto a su día a día en el barco ninguno es igual al anterior «o al menos yo intento que así sea». «Si ese día decidimos movernos a otra isla, cabo, puerto... nos levantamos pronto y navegamos, ¡todo dependiendo de los vientos, claro! Por el camino siempre procuro pescar y si hay suerte tenemos la oportunidad de disfrutar de cena fresca».
Dado que como él mismo reconoce «siempre buscaba una excusa para irme de casa en busca de aventura», la idea de volver a Bilbao no parece entrar en sus planes, de momento. «Vuelvo a Euskadi más para hacer feliz a mi familia que por el hecho de que tenga ganas. No me entendáis mal, siempre estoy encantado de volver a ver a mi familia y hacer planes con mis amigos. Es solo que siempre tengo algún plan o idea que llevar a cabo y al final no me da tiempo a todo».
Aún así, no descarta la idea de regresar definitivamente y establecerse aquí. «Supongo que algun día volveré a casa porque a la vez que llevo esta vida también me gustaría centrarme en algún momento, tener dinero, tener una familia y muchos hijos, una casa o dos... Este estilo de vida no es para siempre. Para nada soy un hippie-mochilero que vive con dos prendas de ropa de mala manera... Solo soy un chico que no se conforma con una vida que está vista por la sociedad como la 'buena'. Mientras encuentro mi camino disfruto de cada segundo siendo feliz».
Además de navegar alrededor del mundo, Iñigo Aldecoa ha tenido la oportunidad de vivir en diferentes países. «El último curso de la carrera lo hice en Salvador de Bahía, Brasil, y también he trabajado en Inglaterra, Australia, Nueva Zelanda y Canadá, de hecho en España es donde no he trabajado nunca, salvo cuatro meses que estuve en una tienda de surf de Bilbao». Se define a sí mismo como «una persona muy inquieta y curiosa que se aburre rápido además». Y reconoce que «en Euskadi ya he vivido muchos años, nada es nuevo e interesante para mí, además todo el mundo está anclado en una rutinas de trabajo y vida social que no son lo mío».
«El mundo es muy grande y está lleno de países, personas, historias y experiencias que conocer y no le veo el sentido a no moverme, teniendo además el tiempo limitado en esta vida», razona.
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