Confinan al alumnado de un aula de Infantil de Zaldibar ante el positivo de su profesor

A diferencia de los cuatro primeros casos, que se produjeron «fuera del contexto escolar» según daban a conocer desde el área de Salud el jueves, el quinto ha permanecido en el centro cuando el alumnado se incorporó a las aulas. «Cada aula funciona como una burbuja. En Primaria se puede controlar mejor pero en Infantil es más complicado», comentan desde el colectivo de madres y padres ante el temor del alcance que pueda tener el último contagio que se ha conocido hoy.

Esta misma mañana las familias de los menores de la clase de Infantil recibían la llamada de Osakidetza para informales sobre la necesidad de realizarles los test PCR para evitar la propagación del virus en la pequeña localidad, de unos 3.050 habitantes. Admiten que el miedo que tienen en el cuerpo desde el miércoles por la tarde ha ido a más. Y muchos, además, se enfrentan al problema de compaginar sus trabajos con los menores en casa. «¿Quién se queda con ellos?», plantea una madre. «Ahora es más difícil», añade otra. Muchas de ellas tiran de sus amistades, otras recurren a sus más directos allegados para dejar a los 313 estudiantes de Infantil y Primaria afectados por el cierre del colegio de Zaldibar. La haurreskola, de momento, se mantiene abierta.