Condenan a dos años al hombre que rajó la cara y el cuello a un policía local en Uribarri

El guardia se encontraba con su familia, entre ellos su hijo que entonces tenía pocos meses, celebrando el cumpleaños de su padre con su familia en la terraza de un establecimiento en el barrio bilbaíno de Uribarri. Este individuo se metió con su hermana y él salió en su defensa para que la dejara en paz. Entonces, cogió el vaso de balón en el que estaba tomando un combinado y se lo estampó en la cara al policía, al que reconoció a pesar de encontrarse libre de servicio. Volvió a darle un nuevo golpe con los cristales, algunos de los cuales se le quedaron incrustados en el pómulo y le han provocado secuelas como insensibilidad en los músculos maxilares. Después de tres operaciones, aún le quedan cuatro cicatrices, una de ellas de 15 centímetros que le atraviesa el cuello.

El tribunal admite que el golpe propinado tenía la intención de «menoscabar la integridad física de la víctima», aunque reconoce al acusado la atenuante de reparación del daño por haber entregado 30.000 euros como indemnización. Según relata la sentencia, tras la agresión, el hombre, que cuenta con antecedentes aunque no computables en este caso, se encontró con el padre del policía en la calle y fue a pedirle perdón. Para la víctima, «es una vergüenza que un individuo así, que es un peligro social, siga en la calle y vaya a irse de rositas».