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El Juzgado de lo Penal número 1 de Barakaldo ha condenado a dos años y ocho meses de prisión a un conductor que se dio a la fuga tras arrollar a un peatón, Antonio I. P., de 54 años, que resultó muerto en la localidad ... fabril. Se le han imputado los delitos de homicidio por imprudencia grave mediante la utilización de vehículo a motor y un delito de omisión del deber de socorro en grado de tentativa, ya que al morir la víctima no se puede considerar consumado.
El atropello se produjo sobre las cuatro y cuarto de la tarde del 4 de octubre de 2016 en la zona del Megapark, concretamente en la Avenida Ribera de Barakaldo. El conductor, E.J.J., de 45 años, circulaba con su 'Mercedes Benz Vito' a una velocidad excesiva y «sin prestar la debida atención a las circunstancias de la vía», detalla la sentencia. La velocidad en dicho punto está limitada a 50 kilómetros por hora y, según el atestado policial, el vehículo podía ir en ese momento a 65 km/h, al menos.
Tras salir de un subterráneo, enfiló una recta «con amplia visibilidad», refleja el dictamen. Y tras recorrer 117 metros de la vía urbana se llevó por delante al viandante, que cruzaba en ese momento por una zona inadecuada. En este tramo, la carretera cuenta con dos carriles por cada sentido y el peatón ya había atravesado tres de ellos -entre el parking del Megapark y los coches estacionados en batería-, cuando fue alcanzado por la furgoneta. El día era soleado y la calzada estaba seca.
Como consecuencia del fuerte impacto, el hombre salió volteado hacia arriba y desplazado unos 14 metros, cayendo a la calzada junto a la mediana central. Antonio I.P. falleció casi en el acto. El acusado no detuvo la marcha en ningún momento para cerciorarse del estado del peatón atropellado. Continuó la marcha en su furgoneta y se fue a casa. «Me dio miedo y me quedé en blanco», se justificó E.J.J. en su declaración durante el juicio. Según dijo, creyó que le habían «tirado un objeto».
Varios testigos que se encontraban dentro de sus coches, estacionados o en marcha, coincidieron en señalar que la furgoneta «iba muy rápido», que escucharon un fuerte golpe y vieron al hombre salir despedido dando vueltas en el aire. No escucharon ningún frenazo y vieron al vehículo marcharse.
Para la jueza «resulta incuestionable que el acusado debió ver al peatón en algún momento, máxime teniendo en cuenta que, tal y como se ha argumentado con anterioridad, el accidente se produjo en un tramo recto, con perfecta visibilidad».
Agentes de la Policía Local de Barakaldo localizaron la furgoneta aquella medianoche en la calle Amezaga. Presentaba importantes daños en la parte delantera y la luna rota, por lo que había sido estacionada con el morro orientado hacia la pared. Al día siguiente, el sospechoso, acompañado de su letrado, el abogado penalista bilbaíno Íñigo Lartitegui, compareció de forma voluntaria en comisaría presentándose como el conductor de la 'Mercedes' que había provocado el atropello mortal. Se daba la circunstancia de que el acusado había sido privado del derecho a conducir por un juzgado de lo Penal de Bilbao hasta abril de 2014, aunque no había realizado el curso de sensibilización y reeducación vial obligatorio.
Además de los dos años y cuatro meses de condena por homicidio por imprudencia grave y los cuatro meses por omisión del deber de socorro en grado de tentativa, el ya condenado ha sido privado del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por un período de tres años y cuatro meses.
Declaración en el juicio «Me dio miedo y me quedé en blanco. Creía que me habían tirado un objeto», dijo el acusado
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