Mascarillas, mamparas, mesas relucientes y pulverizadores para desinfectar el habitáculo de los coches. También «muchas ganas» de empezar a trabajar cuanto antes para levantar un negocio que resulta vital para la industria y la economía del país. Los concesionarios de automóviles de Bizkaia reabrieron ayer ... sus puertas tras un largo periodo de silencio. Y lo hicieron con energía y determinación, lejos de derrotismos. «Sabemos que son tiempos difíciles y que el sector está muy afectado, pero no nos vamos a rendir y vamos a darlo todo para salir de esta situación», aseguraba Carlos Bernaola, gerente del Grupo Ortasa Motor, una empresa que distribuye siete marcas y cuya sede se ubica en el alto de Enekuri.
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Los concesionarios vascos matricularon el mes pasado sólo 60 automóviles, la mitad de los que se vendían en un día normal antes de la crisis sanitaria. Con esta cifra en la mente, cuando uno entra en un establecimiento de este tipo espera encontrarse con poco movimiento y con comerciales abatidos. Nada más lejos de la realidad. Todo lo contrario. Por ejemplo, las instalaciones de Karealde en Barakaldo, donde se exponen modelos de las marcas Opel y Peugeot, rebosaban de actividad a mediodía. Los empleados volvían a su puesto tras casi dos meses de ERTE y se afanaban porque todo estuviera impoluto. Y no sólo eso: arreglaban sus agendas, concertaban reuniones y mantenían contacto telefónico con posibles clientes. Y aún hay más: a media mañana cerraron la primera venta. «Un Opel Corsa», se felicitaba Unai Gurrutxaga, jefe del departamento comercial de Opel.
En el Grupo Ortasa, en Enekuri, también registraron otra venta a primera hora. Todo esto pese a las dificultades con las que aún tiene que lidiar el sector. En primer lugar, no está permitida la visita libre a los concesionarios, sino que, al tener la inmensa mayoría de ellos más de 400 metros cuadrados, es obligatorio concertar una cita previa telefónica. Los negocios se están adaptando y están potenciando sus centralitas. Lo peor de todo es que las marcas se enteraron de esta medida el mismo sábado, «sin apenas margen de maniobra».
Otro obstáculo reside en las dudas que han quedado en el aire con la entrada de Euskadi en la Fase 1, en lo que a la movilidad se refiere. A primera hora, Bernaola aún no tenía claro si hasta el alto de Enekuri podrían desplazarse posibles compradores domiciliados en municipios que no fueran Erandio o colindantes. «Ahí mismo está la frontera con Bilbao -decía señalando por la ventana-, pero convendría que las autoridades se pronunciaran y dejaran claro este asunto. A mí me parece que esta justificado el desplazamiento por motivos socioeconómicos».
Lo cierto es que hasta el concesionario de Ortasa, en concreto a su división de Hyundai, se desplazaron Dani y Noelia, dos jóvenes de Etxebarri que buscaban «un utilitario». «He decidido que hay que ayudar y por eso he cambiado de trabajo. Me voy a una residencia de ancianos», contaba ella. «Y voy a necesitar coche y, si es posible, que consuma muy poco», pedía. «Sí, porque el otro vehículo que tenemos en casa es un todoterreno y no veas lo que chupa», decía Daniel. «Nosotros lo necesitamos y creemos que es un buen momento para comprar porque hay stock y va a haber muchas ofertas interesantes», añadían.
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Una idea que compartían también tanto el gerente de Ortasa como el jefe de ventas de Opel en Karealde. «Es una buena oportunidad para encontrar buenos precios porque hay una parte de la producción que en estos dos meses no ha salido al mercado y ahora tenemos que darle cierta alegría», apuntaba Gurrutxaga. «Yo soy moderadamente optimista dentro de la grave situación en la que estamos. Ahora nos toca a los concesionarios trabajar duro y labrar esa relación con un cliente que no va a tener ningún problema de seguridad para acercarse a nuestras instalaciones», aseguraba Bernaola.
De hecho, los concesionarios se han blindado contra el virus. No sólo con mamparas, geles, desinfectantes, máquinas de ozono y la cita previa (que, por cierto, permite una atención más personalizada y sosegada), sino que incluso en algunos negocios todos los empleados han vuelto al tajo con una prueba de coronavirus negativo bajo el brazo.
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Una de las grandes estrategias que se ha acelerado durante esta crisis es el refuerzo de los canales de venta telemáticos. «Estamos trabajando muchísimo en este campo», apuntaba ayer la gerente de Karealde, Idoia Rodríguez. «Hay clientes que ya sólo vienen al concesionario a ver el vehículo por última vez y cerrar la compra». A su juicio, los próximos meses serán decisivos para el futuro del sector en Bizkaia: «Esperemos que las cifras de ERTEs mejoren y el paro se conten ga». Los concesionarios van a potenciar también la financiación y los aplazamientos.
30% de descuento, Hay coches en stock que se pueden encontrar con una rebaja de casi un tercio con respecto a antes de la crisis.
6.500 personas trabajan en Euskadi en los concesionarios dedicados a la venta o reparación de turismos. En su mayoría han sufrido o sufren aún ERTE.
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