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Sergio Llamas
Sábado, 19 de diciembre 2020
Para muchos vizcaínos el de este sábado era su último día libre y con los comercios abiertos para realizar las compras navideñas, y esto se notó especialmente en las calles de Bilbao. Miles de personas abarrotaron el Casco Viejo, El Arenal y la Gran ... Vía, especialmente por la tarde, aunque en el interior de los establecimientos se mantuvieron las distancias de seguridad y se guardó el control de las colas.
Así ocurrió desde primera hora de la jornada en el Mercado de La Ribera. Las pescaderías concentraron las mayores afluencias. «Lo que más se lleva es el besugo, la merluza y la lubina», enumeró José Belliro desde su puesto. Este sábado él notó cómo subía el número de clientes en comparación con el pasado fin de semana, cuando la hostelería volvió a abrir sus puertas. «Pero muchos vendrán a comprar el 22, el 23 e incluso el 24. No tiene sentido congelar», razonó.
Medidas anti aglomeración
Cena de Nochebuena
El matrimonio de Pablo Martín y Lorena Molina, de Mungia, prefirió no arriesgarse y adelantó las compras en el mercado a primera hora para evitar las peores aglomeraciones. «No sé si es que hay mucha gente, están muy juntos o es que ya no estamos acostumbrados a ver a tantas personas», apuntaron mientras recorrían los puestos en busca de zamburiñas.
Una forma de evitar cualquier masificación es, además de madrugar, recurrir a los pedidos que gestionan desde el propio mercado Alejandro Zugazagoitia y Lucas Alberdi. «Ya nos están llegando encargos de víspera», señalaron.
Por la mañana las únicas colas que alcanzaban la calle en el Casco Viejo eran las de las tiendas con comida para llevar, y especialmente las administraciones de lotería. También algunos locales clásicos como el de la turronería Iváñez formaban en momentos puntuales pequeñas colas. «Cogeremos algo para la cena de Nochebuena, aunque este año no vamos a ser muchos. Un día estaremos cuatro y otro siete», apuntó junto a su puerta Rosa Sáenz de Ugarte. Muy cerca, en la tienda Juguettos, Amaia Becia, Ainhoa Ramos y Arantza Giménez aprovechaban a echar una mano a Olentzero. «No estamos encontrando muchas colas, pero tenemos que andar más rápido porque a las ocho de la tarde nos cierran todo», recordaron.
A pesar de las limitaciones horarias, por la tarde muchas familias alternaron compras con momentos de ocio para disfrutar de espectáculos callejeros junto al Teatro Arriaga o hacerse un 'selfie' con la decoración navideña de la Gran Vía como telón de fondo. «Llevábamos tiempo sin venir y tengo la sensación de que esto está 'petado' de gente», explicó el joven de Amorebieta Unai Nogales. Junto a su pareja, Isabel León, aprovechó para hacerse con un detalle para una amiga y algunos 'autorregalos' como unos CD-s y una lámpara inspirada en la película 'Pesadilla antes de Navidad'. «Si no fuera por las mascarillas, yo diría que Bilbao está igual que cualquier otro año», reflexionó la joven, mirando a su alrededor.
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Los comercios de la Gran Vía también tomaron varias precauciones para tratar de gestionar la llegada de clientes que ya se preveía masiva. Además de las señales en el suelo, las puertas diferenciadas para entrar y salir o el personal ubicado junto a los accesos para controlar el aforo y animar a usar el gel de manos, ayer también se abrieron todas las cajas disponibles para reducir los tiempos de espera. Así y todo, ayer tarde a Marta Velar, Xabier Etxeitia y Joel Castillo, de Durango, les tocó esperar cinco minutos de cola en las tiendas de moda. «No venía desde octubre y me sorprende ver esto así», aseguró Joel. El matrimonio del barrio bilbaíno de Santutxu, Ana Ferreras y Sergio Quintas, se organizaba en equipo para las compras dirigidas a sus hijos de 13 y 16 años. «En la FNAC hemos tenido que hacer un poco de cola, pero tenían todas las cajas abiertas. Ahora en la Casa del Libro yo he preferido esperar fuera porque hay mucha gente», apuntó él. Ana, por su parte, aseguró usar siempre el gel de manos como medida de precaución.
Las tiendas de pequeño tamaño, como la de accesorios Khala en el Casco Viejo, agradecieron el aluvión de compras de este sábado. Su responsable, José Ramón Senlle, reconoció la mejora desde que se permite otra vez la movilidad entre municipios, y recordó que las ventas navideñas suponen al menos el 20% de la facturación. «Está más flojo que el año pasado, pero al menos hoy no he parado», celebró.
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