Han tardado poco tiempo los propietarios de la Torre Bizkaia en encontrar comprador para el emblemático inmueble. Dos semanas. El edificio, icónico y ubicado en el mismo arranque de la Gran Vía de Bilbao, tiene su atractivo. Pero también son muy apreciables los inquilinos que ... lo ocupan: la Diputación de Bizkaia, Primark y el BBVA. Entidades con escaso riesgo de insolvencia y con contratos a largo plazo.
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Estas circunstancias han sido tenidas muy en cuenta por Beraunberri, grupo inversor de José Galíndez, y Onchena, vehículo inversor de la familia Ybarra Careaga. Ambas firmas han cerrado un preacuerdo con el fondo inversor Angelo Gordon y con Talus Real Estate, actuales propietarios, para la adquisición de la torre. Fuentes de la parte compradora han apuntado a este periódico que la operación se da por hecha a falta de los obligados trámites legales. Si todo va como debería ir, en un par de semanas podría firmarse de manera definitiva el traspaso de la propiedad. Una vez que eso ocurra, los nuevos dueños prevén dar entrada a otros grupos inversores que puedan estar interesados.
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En el comunicado oficial emitido por José Galíndez y Álvaro Ybarra, presidente de Onchena, apuntan que «la compra de este emblemático edificio bilbaíno es una buena operación, que presenta interesantes ratios de rentabilidad». Se han fijado mucho, como se adelantaba al principio, en quienes hacen uso del inmueble: «Un factor decisivo para el cierre de la operación ha sido que el edificio tiene unos inquilinos solventes con unos contratos de arrendamiento a largo plazo que hacen la inversión muy atractiva». Tanto que, aunque no se ha divulgado el precio de compra, medios próximos a la operación señalan que superará los 165 millones de euros.
La torre tiene 21 plantas y 88 metros de altura y fue la sede del Banco de Vizcaya. Hace cuatro años BBVA vendió el edificio al fondo inversor Angelo Gordon y a Talus Real Estate por cerca de 100 millones de euros. Un valor que ahora, tras su rehabilitación y los nuevos usos atraídos, se ha disparado.
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Al fin y al cabo, el modelo de negocio de Primark no parece estar en riesgo, el del BBVA tampoco, y la Diputación no sólo ocupará el edificio, sino que pretende hacer de él un símbolo del nuevo tiempo y la nueva economía. El plan foral es trasladar a la torre parte de los servicios que tiene desperdigados por distintos puntos de Bilbao pero, sobre todo, va a instalar ahí el centro internacional de emprendimiento, que hace un par de días presentó bajo la denominación de BAT (B Accelerator Tower). Comenzará a funcionar en septiembre y la idea es impulsar la creación de nuevas empresas de la mano de firmas consolidadas y valiéndose de 140 nodos internacionales.
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