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No cabe duda de que el 'botxo' sería el mejor apellido para Bilbao. Una ciudad resguardada entre montañas que, casi como un baúl, esconde un sinfín de curiosidades. El Ayuntamiento presentó ayer, en colaboración con la Fundación Labayru y con las ilustraciones de Bilbao Arte, ... el libro 'Bilbon hara hona', que recoge 40 artículos en euskera sobre el origen de otros tantos lugares de la villa. Historiadores, lingüistas, etnógrafos, juristas y expertos en literatura detallan la historia que la toponimia.
Si bien su nombre original fue 'El puente Príncipes de España', los bilbaínos rápidamente le rebautizaron como 'El puente de la Salve'. Conecta el Campo de Volantín y Abandoibarra, y su ubicación es clave para entender el motivo. Se trata del punto en el que antiguamente se detenían o aminoraban la marcha los barcos que remontaban la ría con comerciantes a bordo. Era el primer momento en el que contemplaban la basílica de Begoña, por lo que se lanzaban a rezar a la Virgen con la oración 'La Salve'
Tres palabras se esconden detrás de Olabeaga. Ola (fábrica) -be (de 'behe', baja)- y aga (multitud, varias). A partir de la segunda mitad del siglo XIX, esta zona registraba una alta actividad industrial. En este punto atracaban y descargaban también los barcos cargados con bacalao que llegaban desde Noruega. La conexión con el país nórdico dio al barrio este segundo nombre. Aunque otros lo achacan a las condiciones sombrías propias de la orilla, al estar pronto en penumbra por culpa del monte Cobetas y por la brisa que sube por la ría.
Basta con mirar al mapa para entender por qué se denomina así a Zorroza. Este barrio bilbaíno se encuentra 'abrazado' por el Cadagua y la ría de Bilbao, que conectan más adelante dejando un acabado en punta. En euskera, precisamente, 'zorrotza' significa afinado, puntiagudo, de ahí que se le nombrase de esta manera. Algo parecido sucede con Zorrozgoiti, que incluye el sufijo 'goiti' para explicar que es la parte alta de Zorroza.
Una confusión terminó dando a una de las arterias del Casco Viejo el nombre de la calle del Perro, entre Lotería y Santa María. Originalmente era San Miguel, pero poco a poco fue ganando fuerza su nueva denominación. Los tres leones que decoran las llaves de la fuente, creada en el año 1800 por Juan Bautista y Miguel Maruri, fueron confundidos con perros, de ahí que se rebautizase la fuente y luego la calle.
Casi como sacado de un cuento, Atxuri esconde detrás una alucinante historia. En la Edad Media, los mercaderos necesitaban cruzar la ría para llegar hasta la villa. Una tarea que completaban cuando la marea estaba baja, ya que del agua emergía una peña blanquecina ('haitz zuri', de ahí Atxuri) que formaba un vado. Este camino poco profundo facilitaba a los comerciantes poder continuar adelante y llegar hasta el Casco Viejo. Durante años esta fue la única manera de cruzar, hasta que se levantó ahí el puente de San Antón.
El nombre describe una circunstancia casi inimaginable. Con pleamar, el agua alcanzaba lo que hoy se conoce como El Arenal e incluso llegaba hasta la Plaza Nueva y Unamuno. Esto dejaba una estampa más propia de una playa, con la arena amontonada en la orilla. Un meandro en el que atracaban los botes.
Rascar en la historia de La Peña nos llevaría a encontrar rastros de Salamanca. No de manera literal, pero sí con un pasado que les une directamente. Los hermanos Sancha eta Santiago de Erkiñigo, que contaban en la zona con una ferrería, un molino y una casa torre, decidieron levantar una ermita en honor a la Virgen de la Peña de Francia. Una decisión que tomaron empujados por su gran devoción a ese santuario de Salamanca y que ha grabado su nombre en la piel de Bilbao.
La Campa de los Ingleses debe su denominación a que desde el siglo XVII y hasta 1908 albergó un cementerio británico después de que en 1605 el Rey Felipe III firmase un acuerdo con la corona británica para enterrar a los protestantes ingleses que fallecían cerca de la costa o ya en Bilbao. Al margen de este, tuvo muchos otros usos, como los de pista de aterrizaje o campo de fútbol, donde los marineros ingleses que llegaban al 'botxo' practicaban un deporte por entonces desconocido para los bilbaínos.
Conocido por dar nombre a la casa del Athletic Club, San Mamés tiene un vínculo antiguo con la villa. Teniendo en cuenta que el nombre hace mención a un santo, es fácil deducir que el origen tiene estrecha relación con la religión. En la parte alta de Abando antiguamente había una ermita (1432) de la que actualmente no existen rastros. Y sobre esta se erigió sobre 1450 el canónico convento de San Mamés.
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