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Julio Arrieta
Domingo, 9 de febrero 2020
Excavar, trasladar y volver a depositar los residuos del vertedero destruido en Zaldibar en un nuevo emplazamiento seguro supondrá una labor de «bastantes meses», reconoció ayer la viceconsejera de Medio Ambiente del Gobierno vasco, Elena Moreno, tras la reunión de emergencia que mantuvo en el Ayuntamiento de la localidad con el alcalde, José Luis Maiztegui, el viceconsejero de Seguridad, Josu Zubiaga, y los técnicos que coordinan el rescate de los dos operarios desaparecidos en el derrumbe del jueves. Otro de los grandes interrogantes del operativo es a dónde se llevarán todos esos escombros. Moreno tampoco pudo concretar gran cosa y a duras penas explicó que «se estudiará» si Euskadi tiene capacidad para asumirlos o habrá que trasladarlos a otras comunidades.
Esta operación solo se abordará cuando concluya la segunda fase de la búsqueda de Joaquín Beltrán y Alberto Sololuze, los trabajadores sepultados por el alud, y que se reanudó ayer por la mañana después de concluir la primera fase «sin resultado positivo». Los trabajos se van a concentrar ahora «en una determinada zona» en la que hay alguna posibilidad de hallarlos a partir de lo que se sabe de su posición «en el momento en el que se produjo el incidente», apuntó la responsable socialista. Desde ayer se trabaja con máquinas «para poder hacer una excavación de más profundidad y ver si se consigue» encontrarlos. Pero siempre «con una limitación importante»: la seguridad de los operarios, ertzainas, bomberos y trabajadores de empresas privadas» que participan en las labores de búsqueda. Los geólogos han advertido que la ladera sobre la que han quedado los residuos que se precipitaron el jueves «es inestable».
«Si esa fase acabara sin resultado positivo, y esperemos que no sea así, entraríamos en una tercera fase que tendría que ver con la estabilización completa de la ladera y las labores que Medio Ambiente marque que hay que hacer de vaciado», añadió Zubiaga. «Una vez realizado el proyecto de obra, esos trabajos también se utilizarían para seguir buscando a estas personas».
Elena Moreno abundó que «habrá que vaciar y trasladar todo ese volumen de residuos, tratar de sacarlos cuanto antes de allí y minimizar el riesgo que suponen» para la zona. ¿Dónde? Primero comprobarán «la capacidad de los vertederos que tenemos en nuestro entorno». Si no fuera suficiente, «tendríamos que llevarlos fuera», aunque prevé que bastará con los recintos «que están autorizados aquí y por supuesto bajo todas las medidas de seguridad».
Esta labor requerirá de partida un peritaje «muy bueno de la situación del vertedero. Ya hemos movilizado a unos peritos expertos en este tipo de situaciones», añadió la viceconsejera. A partir de este análisis, habrá que «realizar un proyecto y un plan de excavación correcto, lo que no va a ser cosa de dos días, nos va a llevar bastantes meses». También será necesario determinar «la responsabilidad de su ejecución y de su coste. Pero nosotros ya estamos trabajando en ello, intentando anticipar los pasos a dar», agregó.
Sobre la existencia de agentes contaminantes en los residuos que almacenaba la escombrera, Moreno confirmó la presencia de amianto, para cuyo depósito la empresa propietaria «tenía permiso. Otra cosa son los bulos que están rodando», lanzó en referencia a la hipotética presencia de lindane, aventurada este domingo por una asociación ecologista. «No nos consta que hubiera ningún otro tipo de contaminante», subrayó. La viceconsejera precisó que se están monitorizando las calidades del agua y del aire y que los datos obtenidos entran dentro de los niveles normales.
Otra cuestión son las supuestas irregularidades que acumula la instalación de la empresa Verter Recycling y que, como adelantó ayer ELCORREO, algunas de ellas se conocían desde 2015. Una sentencia del Tribunal Superior de Justicia advertía hace cinco años que recibía vertidos muy peligros y prohibidos desde 1986. Técnicos del Gobierno vasco detectaron el pasado mes de junio que acumulaba residuos no autorizados y ocupaba más terreno del concedido, entre otras infracciones, aunque hasta la fecha no ha sido sancionado por ellos. Moreno enfatizó que se va a «examinar todo el expediente y la autorización con la que estaba trabajando esta empresa. Actuaremos con el máximo rigor ante cualquier sospecha».
Los bomberos mantuvieron ayer «confinado y controlado» el incendio declarado en lo alto del vertedero, después de que un helicóptero solicitado a Emergencias de Cantabria hiciera 21 vuelos de descarga de agua –21.000 litros en total– sobre la zona, según confirmaron en la Diputación de Bizkaia. La actuación de la aeronave de la comunidad vecina fue solicitada por los bomberos ante la imposibilidad de acceder con sus vehículos y equipos de extinción hasta el foco por vía terrestre.
El fuego se originó en la tarde del pasado viernes de forma espontánea en la zona superior de la escombrera hundida. En su comparecencia, la viceconsejera de Medio Ambiente señaló que este tipo de incendios «son muy habituales en los vertederos a causa de las emisiones de metano» e indicó que estaba bajo control.
En cuanto a la inestabilidad del terreno, sigue siendo el principal freno de las labores de rescate y desescombro. Fue esta circunstancia la que obligó a suspender el operativo en el que estaban tomando parte la sección de montaña de la Ertzaintza, la unidad canina, drones de la Policía vasca, efectivos del cuerpo de bomberos y geólogos, que ayer se dedicaron a realizar análisis para poder reactivar la búsqueda de los dos hombres, que se realizará siempre con su supervisión.
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