El índice de vulnerabilidad es un mecanismo puesto en marcha por Educación para combatir la segregación escolar. Adobe Stock

Los colegios vizcaínos deberán reservar más plazas para los alumnos vulnerables

Barakaldo pasa de tener un 13% de estudiantes desfavorecidos a un 23% el próximo curso, y lidera así un incremento que se da sobre todo en la Margen Izquierda

Viernes, 3 de mayo 2024, 00:59

El curso que viene habrá más alumnos socioeconómicamente vulnerables en las aulas de dos y tres años de los colegios de Bizkaia. Eso obliga a los centros a reservar un mayor porcentaje de plazas para escolares desfavorecidos. Es el mecanismo implantado hace ya un año ... por el Departamento de Educación para reducir progresivamente la segregación escolar. Euskadi es una de las comunidades autónomas que más segrega a su alumnado en función de su origen y de su renta.

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El incremento del alumnado vulnerable es generalizado en todo el territorio. El año pasado suponían el 14,4% del total de estudiantes; a falta de confirmar la cifra oficial, este año representan en torno a dos puntos porcentuales más. Bizkaia es la única provincia donde crece la proporción. En Álava, donde el año pasado el 20,4% del alumnado estaba catalogado como desfavorecido, baja unos dos puntos; y en Gipuzkoa, donde eran el 14,6%, cae un punto y medio. En el conjunto de Euskadi son el 15%, al igual que el año pasado.

Son datos del Instituto Vasco de Evaluación e Investigación (Isei-Ivei), un organismo dependiente del Departamento de Educación. Las cifras, expresadas en porcentajes, arrojan una foto fija: indican la proporción de alumnos vulnerables en cada área de influencia (las zonas en las que Educación divide el mapa escolar).

Variación del índice de vulnerabilidad

Sólo se presentan los datos de las áreas de influencia con tres o más centros educativos

Área de influencia 2023 (%)2024 (%)
Barakaldo-San Vicente 13,320,7
Gurutzeta-El Regato13,330,2
Basauri (Arizgoiti)20,518,0
Galdakao (Kurtzea)12,916,1
Algorta5,55,4
Andra Mari5,50,0
Areeta-Romo 5,510,5
Abanto Zierbena11,122,0
Amorebieta13,48,6
Bermeo20,228,6
Bilbao: Abando-Indautxu-Basurtu5,96,8
Bilbao: Ametzola-Iralabarri-Errekaldeberri34,435,8
Bilbao: Miribilla-San Adrian 14,820,4
Bilbao: Otxarkoaga-Txurdinaga-Santutxu-Begoña27,527,8
Bilbao: San Inazio-Deustu10,510,4
Bilbao: Uribarri-Zurbaran14,819,0
Bilbao: Zazpikaleak-Atxuri14,118,4
Durango 15,813,8
Ermua 30,628,8
Elorrio16,312,7
Gernika-Arratzu9,615,5
Leioa6,77,1
Loiu-Sondika2,915,6
Mungia11,37,5
Muskiz 10,917,9
Ondarroa8,925,0
Portugalete16,415,1
Santurtzi17,220,8
Sestao31,734,1
Trapagaran16,423,5

Así las cosas, lo que se aprecia es que Álava sigue teniendo la mayor concentración de alumnos vulnerables y Gipuzkoa, la que menos, con gran diferencia. No obstante, y como es lógico, Bizkaia es la que más tiene en números absolutos. De hecho, los alumnos vizcaínos ganan peso en el conjunto de Euskadi. El año pasado representaron el 47,8% del total. El próximo curso serán el 50%.

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Este incremento proporcional puede explicar, en parte, por qué Bizkaia es la única provincia que gana alumnado vulnerable. Los flujos migratorios también ayudar a contextualizar el fenómeno.

En cualquier caso, ¿qué supone esto para los colegios? Pongamos un ejemplo práctico. Barakaldo es, de lejos, el municipio donde más aumentan los alumnos vulnerables. Pasan de ser el 13% al 23%. En la zona de Gurutzeta-El Regato son el 30,2%, casi uno de cada tres.

Radiografía social

El índice de vulnerabilidad se refiere a los alumnos de 2 y 3 años empadronados en cada municipio

Un colegio ubicado en esta última área de influencia deberá reservar el 30,2% de sus plazas en las aulas de dos y tres años para vulnerables. Suponiendo que tiene 50 plazas, eso significa que 35 serán para no vulnerables y 15, para vulnerables. ¿Y si el colegio ha recibido 45 solicitudes, todas de alumnos no vulnerables? Pues 10 serían derivados a otros centros de la misma zona y sus plazas, junto a las otras cinco que faltan, quedarán libres a la espera de que a lo largo del curso lleguen vulnerables que las ocupen.

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El caso de Barakaldo es el más extremo, porque su índice de vulnerabilidad (así se denomina oficialmente) casi se ha duplicado en un año. Siguiendo con el ejemplo, el año pasado el mismo centro de las 50 plazas sólo tuvo que reservar 6 para vulnerables. Ahora, 15. Estas variaciones alteran la planificación escolar e incrementan la incertidumbre de las familias. De hecho, las quejas remitidas al Ararteko sobre temas educativos se dispararon en 2023 un 136% (pasaron de 190 a 449) por este tema de la reserva de plazas.

Diferencias en Bilbao

El resto de la Margen Izquierda también registra más escolares de familias de bajo nivel socioeconómico. En Sestao crecen del 31,7% al 34,1%; en Santurtzi, del 17,2% al 20,8%; y en Abanto-Zierbena pasan del 11,11% al 22%, el doble. En esta zona, sólo Portugalete experimenta un leve descenso al pasar del 16,4% al 15,1%.

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En cuanto a Bilbao, los datos también revelan un aumento del alumnado vulnerable, que el año pasado representaba el 16,3% del total. No se conoce la cifra exacta actual, pero será mayor porque la proporción crece considerablemente en Miribilla-San Adrián (pasan de un 14,8 a un 20,4%); Uribarri-Zurbaran (de un 14,8 a un 19%); y Casco Viejo-Atxuri (de un 14,1 a un 18,4%). En las otras cuatro zonas en las que se divide la villa, la situación es más o menos la misma que hace un año, con variaciones de apenas unas décimas: Abando-Indautxu-Basurto tiene un 6,8% de vulnerables; Amézola-Irala-Rekalde, un 35,8%; Otxarkoaga-Txurdinaga-Santutxu-Begoña, un 27,8%; y San Ignacio-Deusto, un 10,4%.

Hay que tener en cuenta que los porcentajes que establece el Isei-Ivei no se refieren a los alumnos matriculados en cada una de las áreas de influencia, sino a los alumnos empadronados. La fotografía, por tanto, y como es lógico, revela enormes diferencias en la realidad social de los distintos barrios. La idea del departamento es que los colegios ubicados en cada una de las áreas tiendan, poco a poco, a tener todos la misma proporción de vulnerables.

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El mapa del resto de Bizkaia es dispar. El índice de vulnerabilidad sube de forma acusada en Galdakao (del 12,9 al 16,1%), Romo (del 5,5 al 10,5%), Bermeo (del 20,2 al 28,6%), Gernika (del 9,6 al 15,5%) y Muskiz (del 10,9 al 17,9%). Llaman la atención Ondarroa (pasa del 8,9 al 25%) y Loiu (del 2,94 al 15,6%). Estos incrementos tan notables se explican porque son municipios donde hay pocos niños de 2 y 3 años, por lo que cinco vulnerables arriba o abajo pueden disparar la estadística.

En el otro lado de la balanza, las zonas en las que decrece el número de vulnerables son Basauri (del 20,5 al 18%), Algorta (del 5,5 al 5,4%), Andra Mari (del 5,5 al 0%), Amorebieta (del 13,4 al 8,6%), Durango (del 15,8 al 13,8%), Ermua (del 30,6 al 28,8%) o Mungia (del 11,3 al 7,5%). En la estadística sólo aparecen las áreas de influencia con tres o más centros.

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Cinco variables y un polémico test permiten identificar la vulnerabilidad

¿Qué se considera un alumno vulnerable? Según el Instituto Vasco de Evaluación e Investigación (Isei-Ivei), son aquellos con necesidades educativas especiales, retraso madurativo, trastornos del desarrollo del lenguaje, trastornos de atención o de aprendizaje, desconocimiento grave de la lengua de aprendizaje, altas capacidades intelectuales, condiciones «personales o de historia escolar», los que se encuentran en una situación de vulnerabilidad socioeducativa y los que se han incorporado tarde al sistema educativo.

La cuestión es que sólo se catalogan como alumnos vulnerables a los que acceden al aula de dos y de tres años. El Departamento de Educación puso en marcha este mecanismo el año pasado en el aula de dos años y cada curso añade un curso más. A esas edades tan tempranas es muy complicado diagnosticar cuestiones como trastornos del aprendizaje o déficits de atención. Así que, por el momento, el término «vulnerable» se limita, en la práctica, a los alumnos que provienen de entornos desfavorecidos, con un índice socioeconómico y cultural bajo.

La forma de detectar esa vulnerabilidad es a través de un test que las familias han rellenado en el periodo de matriculación y que ya se utiliza en otras pruebas y estudios. El objetivo del cuestionario es averiguar los estudios y formación de los progenitores, las posesiones de la familia, los libros que hay en el hogar, los bienes económicos y culturales de la familia y el oficio de los progenitores. Cruzando esas variables se obtiene una puntuación. Las familias por debajo del percentil 15 (es decir, las que están entre el 15% de familias con menor puntuación) son las catalogadas como vulnerables.

Este cuestionario provocó una fuerte polémica el año pasado, cuando se implantó por primera vez. 255 alumnos no pudieron matricularse en el colegio que la familia había marcado como primera opción, bien por no tener hueco, bien por estar esas plazas reservadas para alumnos vulnerables.

Estas familias denunciaron entonces que la catalogación de un alumno como vulnerable dependía de un test «subjetivo». Por ejemplo, se pregunta si los padres leen el periódico, si tiene Netflix en casa, el número de baños y teléfonos móviles...

Por su parte, las dos principales patronales de la educación concertada vasca, Kristau Eskola e Ikastolen Elkartea, así como algunos relevantes agentes de la pública, salieron en tromba contra el departamento, a quien acusaron de actuar de forma unilateral y de clasificar la vulnerabilidad en base a criterios «opacos».

Este año no se ha generado tal polvareda. Hasta el momento, la comunidad de la escuela pública de Elorrio es la única que ha protestado de manera pública. En su caso, denunciaron que el departamento había derivado algunos alumnos que solicitaron plaza a otros centros.

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