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«Vengo a la manifestación porque no podemos dar ni un paso atrás». Manex lo tenía claro y no dudo en venir desde Mutriku al acto que en Bilbao congregó a más de 3.000 personas para denunciar las agresiones que soporta el colectivo LGTBIQ+ ... y reivindicar sus derechos y el respeto a la diversidad. Vino acompañado de Julen, vecino de Markina, que subrayaba que «ahora es más necesario que nunca ante el avance de la ultraderecha, no solo en Europa, sino también en España». A su juicio, «queda mucho por hacer».
Hace mucho tiempo que Julen dio el paso de hacer pública su sexualidad, pero reconoce que, a pesar de eso, «se hace difícil llevar las cosas cotidianas, sobre todo en el trabajo, donde tienes que salir del armario casi a diario». O cuando hace nuevas amistades, «que parece casi obligado justificarse». Reconoce que en Euskadi, donde recientemente se ha reformado la ley trans, se está mejor que en otras comunidades, «pero no debemos relajarnos porque la ola reaccionaria no deja de avanzar». En su opinión, «se ha avanzado jurídicamente, pero no socialmente, y lo vemos hasta en la cola del supermercado, cuando das un beso a la persona que quieres y la gente se sobresalta».
Los manifestantes ven con preocupación el devenir de los acontecimientos. «No hace tanto que el machirulo se escondía, pero ahora da la impresión de que se ensalza su actitud», criticaba Julen. «Y de esa actitud a los ataques y agresiones a los miembros del colectivo, la distancia es muy corta».
Lo mismo piensan Olatz, Keoni Iredi e Ian, una cuadrilla de Durango que ve necesario «movilizarse para darnos visibilidad». «Para gran parte de la sociedad representamos apenas una minoría, pero somos muchos más de lo que se cree. Actos como estos son importantes para que gente que, ya sea por una cuestión de edad o por sus circunstancias, no ha podido expresarse y tiene que esconderse, sepa que tienen apoyo para dar el paso y vivir como realmente quiere vivir», remarcaba Olatz.
Jordan también apoya estos actos para avanzar en la igualdad de género. Por eso, aunque es de Barcelona, vino a Bilbao a participar en el Orgullo (que se ha celebrado la pasada semana) y a la manifestación reivindicativa de ayer. Vestido de cuero, medias y zapatos de plataforma, defendía especialmente al «género fluido». «Vamos a salirnos de una vez de la concepción tradicional de la sexualidad, que cada uno se exprese sin tener en cuenta lo que tiene entre las piernas», subrayaba. Los manifestantes dejaron entrever la división interna que hay en el colectivo con lemas como «el Orgullo no se vende», pero también abordaron la marcha con ironía al cantar «Ika, ika, ika, egin zaitez marika! -hazte marica-».
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