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Antes de volver a zarpar la tarde del domingo, el Juan Carlos I, el Blas de Lezo y el Galicia quisieron conceder unas últimas horas ... para que los rezagados pudieran visitarlos. Cientos de personas aprovecharon la mañana para poder ver las tripas de los navíos del ejército. Prueba de ello fue la multitudinaria cola que se formó llegando hasta el Aquarium de Getxo. Y no fue para menos, puesto que durante todo el fin de semana, la cita recibió alrededor de 14.000 visitas, siendo el portaaviones 'Juan Carlos I' el que más interés generó, según informó la propia Armada.
Fue tal la cantidad de visitantes que muchos de ellos se quedaron a las puertas de los buques. Pero eso no les impidió acceder a la tienda de recuerdos donde los productos se agotaban a escasos minutos de cerrar: mochilas, parches, pulseras, gorros, chapas … Un poco de todo, pero con la seña de identidad de la Armada Española.
Getxo embarca en tres buques de guerraVer 22 fotos
Acceder al puerto tampoco garantizó poder despedirse de los tres barcos, ya que muchos solo pudieron visitar dos de ellos o uno, siendo los que menos los que entraron en el Blas de Lezo. Pese a ello, todo aquel que terminaba la visita salía con una sonrisa o con cara de asombro. «Es algo que no tienes la oportunidad de ver todos los días. Nos da pena no haber podido ver todos por la cantidad de gente, pero ha estado muy chulo igualmente», expresaba Mikel Escudero, que había acudido a la cita a las 10.45 horas.
Los hubo que acudieron aún más pronto para no perderse nada. «Hemos llegado de Vitoria sobre las 9.30 horas y nos ha dado tiempo a ver todo y a hacernos fotos sin prisas», explicaba Ismael Colas. Aunque añadía que les había sabido a poco: «Para mí es un hobby, y la visita está más orientada para un público general que para un especialista. Pero es totalmente comprensible».
Por regla general, quien entraba a los navíos salía impresionado. «Ver los portaaviones con los cazas y ver dentro de los barcos vehículos impresiona muchísimo», comentaba Borja Rodrigo. A lo que se sumaron Luis Tejedor y Eva Olmos: «Es una experiencia significativa con la Armada Española y es de agradecer que nos hayan concedido el placer de poder visitar su medio de trabajo». Pero los elogios a los militares no se quedaron ahí. «Los que se han encargado de la visita han sido majísimos. Hacía tiempo que un joven no me ofrecía su mano para bajar las escaleras», bromeaba Izaskun Diez. A lo que agregaba que es muy importante que conozcamos a aquellos que se encargan de defendernos.
Pese a que algunos solo pudieron visitar uno de los barcos, les pareció más que suficiente. «Con solo ver el Juan Carlos I ya te haces una idea de la magnitud de estos buques. Entrar en sus tripas y poder ver todos los artefactos que esconde es una sensación que se mezcla entre la sorpresa y la alegría», apuntaba Eduardo Castañeda.
Todos ellos experimentaron emociones similares, entre ellas la tensión. «Es como estar en una película con todos esos aviones y camiones dentro del barco, pero también da miedo la función de estos navíos. Ojalá nunca se tengan que usar en una guerra y se queden como nuevos», desea Sandra Angulo.
Tras acoger todo el fin de semana a familias, parejas, amigos y solitarios, a las 16.00 horas del domingo llegó la hora de que el portaaviones 'Juan Carlos I', el buque de asalto anfibio 'Galicia' y la fragata 'Blas de Lezo' pusieran rumbo de nuevo a su origen, alejándose así de la costa vizcaína -y quien sabe si con la intención de volver-. Mientras tanto, quienes tuvieron la oportunidad de visitarlo ya tienen una anécdota más que contar a sus allegados.
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