Las pistas de baile vizcaínas vuelven a estar hasta arriba. El ocio nocturno, tan maltratado por la pandemia, apenas ha tenido tiempo de coger aire. De estar casi 18 meses con las puertas cerradas por imposición legal a no poder recibir a todo el gentío ... que estos días ve frustrado su acceso a las discotecas de moda. En el Moma, con aforo para 400 personas, es normal ver estos días a casi medio millar de jóvenes en las afueras al inicio de cada sesión.
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Algo parecido sucede en la cercana Budha, donde recientemente tuvo que intervenir una patrulla de la Policía Municipal para despejar la entrada, con más 300 jóvenes en la calle. Estas noches tan agitadas han provocado el aumento del precio de las entradas, según reconoce la gerencia de Brutal, antiguo Distrito 9.
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