La clínica Zorrozaurre ubicará en un edificio anexo sus consultas externas

Estas consultas estarán situadas a apenas unas decenas de metros de su emplazamiento actual. Ocuparán 3.000 metros cuadrados correspondientes a la planta baja del solar donde Visesa va a levantar 120 viviendas de protección oficial. Si todos los plazos se cumplen, estas nuevas instalaciones abrirán sus puertas a principios de 2025.

La reubicación de las consultas externas es solo una de las tres patas que tiene el proyecto de ampliación de la clínica bilbaína, en el que el IMQ va a realizar una inversión de 25 millones de euros. Otra es la construcción de la nueva planta en la zona de hospitalización, ya mencionada. Tendrá 3.900 metros cuadrados y estará sujeta por 40 pilares de acero. El primero de ellos ha sido colocado hace escasas fechas, aunque los trabajos de construcción, como tal, de esta futura altura no comenzarán hasta después del verano. La previsión es que se prolonguen durante 8 o 9 meses.

Ampliar

Una vez concluya esta fase se pondrá en marcha la tercera de las grandes líneas de este proyecto, la que afecta a la reorganización de espacios interiores de la clínica y ampliación de algunas unidades. Es el caso del área de Urgencias, que ganará en superficie y en unidades de observación, o las zonas de hospitalización intermedia y los medios diagnósticos. Otro ejemplo de los espacios que se van a ver beneficiados por esta reestructuración es la unidad de endoscopia. «Ahora está situada en la primera planta, dentro del bloque quirúrgico. Tras las obras se ubicará en la tercera planta y tendrá un espacio propio para ella sola, más amplio que el actual», explica Jorge Díez, coordinador del proyecto de ampliación de Zorrozaurre. También ganarán en superficie las unidades de recuperación y cuidados intensivos, la de farmacia y el hospital de día, entre otras.

Según detalla Díez, el coronavirus ha definido unos circuitos de funcionalidad en el ámbito sanitario a los que se quiere dar respuesta con esta futura ampliación. «El futuro va hacia espacios ambulatorios separados de ámbitos hospitalarios; esa es una realidad», indica. El IMQ no anunció la reubicación de sus consultas externas a la vez que comunicó en mayo del pasado año la ampliación de Zorrozaurre, porque en aquel momento Visesa no había concluido aún el concurso público para adjudicar los bajos de la parcela anexa a la clínica, del que el Igualatorio resultó finalmente ganador.

El coordinador de este proyecto indica que con esta ampliación el IMQ culminará el proceso de crecimiento físico de su hospital, al alcanzar la edificabilidad máxima que permite el Plan General para la parcela en la que se levanta. Allí la entidad apuesta por centralizar su actividad hospitalaria. El proyecto, apunta Díez, «tiene en cuenta lo que es Zorrozaurre ahora y lo que debe ser en los próximos 20 años».

Una vez estén finalizadas estas obras, la clínica Virgen Blanca cesará su actividad hospitalaria y pondrá así fin a 50 años de historia. El Igualatorio trasladará sus servicios y personal a Zorrozaurre. Lo que sí mantendrá el inmueble es su calificación urbanística. En el futuro podría albergar un equipamiento sociosanitario o emplearse como dotación asistencial ambulatoria.