Cinta aislante y tapones en el hospital de Basurto contra las obras de la Facultad

El derribo y la posterior excavación prevista en esta parcela generarán una importante cantidad de polvo y ruidos. Para minimizar estos efectos Osakidetza ha comunicado a sus trabajadores del hospital, a través de una publicación interna, las medidas que se van a adoptar «por motivos de seguridad». Las dos principales son cerrar las ventanas de los pabellones más próximos a la zona de las obras y ofrecer tapones al personal que trabaja en ellos.

La primera de estas acciones ya se ha llevado a cabo con el fin de «disminuir la entrada de polvo exterior y reducir con ello el riesgo de infección asociado» por el aumento de la «contaminación microbiológica derivada de esta obra». La medida, así como la forma en la que se ha llevado a cabo -se ha colgado un cartel en las ventanas afectadas para indicar que no se deben abrir y cinta aislante en varias de ellas en la unión de la hoja y el marco- ha sorprendido a trabajadores y usuarios. Algunos pacientes han mostrado su malestar «por no poder ventilar las habitaciones y por el calor que se acumula en ellas». La alternativa que les han dado es que «nos hagamos con un ventilador».

Los pabellones afectados por estas medidas son Aztarain, Revilla, Arrupe y Ampuero. En el primero de ellos, donde se atiende e ingresa a pacientes oncológicos, el sellado afecta a todas las ventanas. En los tres restantes, que tratan a enfermos de Neumología, Digestivo, Medicina Interna, Infecciosas, Hematología, Endocrinología, Neurología y Neurocirugía, además de alojar las consultas externas, quedarán precintadas las orientadas a la calle Gurtubay. En cambio las que dan a la calle Montevideo o al interior del recinto hospitalario sí se podrán abrir. Aunque solo entre las ocho de la tarde y las ocho de la mañana, para no coincidir con el horario de las obras. Estos cuatro pabellones suman cerca de 250 camas, el 40% de todas las del hospital.

En la publicación remitida por Osakidetza a sus trabajadores se indica a su vez que «para minimizar el ruido producido por las obras, el personal de los pabellones afectados podrá solicitar al almacén tapones auditivos para uso propio o para los pacientes que consideren oportuno».

La previsión es que la fase de demolición de la antigua unidad docente de la UPV, con la que comienzan las obras de la nueva Facultad de Medicina y Enfermería, finalice en un mes, según se trasladó desde la dirección del hospital a los sindicatos sanitarios en una reunión celebrada la pasada semana. Allí también se les comunicó que se colocará «una lona acústica», según detallan desde SATSE, para disminuir el impacto de los ruidos en los pabellones más cercanos a la zona de las obras.

El plazo de ejecución de la nueva instalación académica es de tres años. El edificio se levantará en una parcela que hasta hace unas semanas ha albergado un aparcamiento para los trabajadores del hospital. Pero esta no es la única gran obra prevista en Basurto. A medio plazo está previsto ampliar el hospital con un nuevo edificio de consultas externas. Se levantará precisamente sobre las parcelas que ahora ocupan la antigua unidad docente de la UPV que va a ser demolida en los próximos días y el estacionamiento de Capuchinos.