MIREYA LÓPEZ

Cierra Mesón Lersundi, el restaurante con el menú del día más barato de Bilbao

El local preferido de «los currelas» y de muchos jóvenes con presupuestos cortos echa el candado este sábado tras 44 años de actividad

Jueves, 2 de junio 2022, 14:27

El Mesón Lersundi baja la persiana después de 44 años de actividad. Un cartel colocado en el escaparate avisa que este sábado servirá el último ... menú de su exitosa historia. Por la noche, ya no habrá servicio. «Lamentamos las molestias y les deseamos lo mejor», añade la nota. En realidad, el apático ocio nocturno, junto a la pandemia, han terminado de dar la puntilla a un establecimiento que desde su inauguración, en 1978, ofreció el menú del día más económico de Bilbao. «La noche en esta ciudad ha muerto y nos ha hundido», explica su dueño, Jon Fernández.

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El hostelero echó los dientes en el local fundado por sus aitas, Víctor y Marisa. Con solo tres años ya correteaba por la barra de un establecimiento que nació con la vocación de alimentar a todos los públicos. Se especializó, sobre todo, en «el menú del día de los currelas» y oficinistas de la zona y estudiantes. Los precios «económicos» ayudaron lo suyo. «Siempre hemos sido los más baratitos», concreta Jon. Ahora, el menú del día, compuesto de dos platos, salía por 10,5 euros frente a los 14 de media que se estila en los restaurantes de El Ensanche. «Hemos llegado a tenerlos a 7,5. Y cuando funcionaban las pesetas, dábamos de comer por 650», puntualiza.

Pero si importante era el precio, más era lo que se cocía en sus fogones, donde elaboraban una cocina tradicional vasca con «un toque vanguardista», como le gusta subrayar a Jon: pastel de cabracho, chuletas de cerdo con salsa a la pimienta, langostinos al horno, merluza rellena con salsa de marisco... Para los días de labor, echaban mano de raciones contundentes con las que los comensales salían bien servidos. De primero, abundan las alubias rojas con chorizo y morcilla, macarrones con tomate, vainas con patatas salteadas, berza, garbanzos caseros, crema de calabaza casera, ensaladilla rusa... Y de segundo, lomo adobado a la plancha, guiarra, cordero asado, salmón al horno...

Despedidas de solteros y divorciados

Hasta antes de la pandemia, era habitual ver en sus comedores a mucha gente joven y cuadrillas que acudían a ponerse hasta arriba mientras celebraban despedidas de soltero «y de divorciados y separados». El negocio seguía funcionando a la vieja usanza y cabían todavía funciones de 'striptease' al final de los postres. Ha sido también escenario de celebraciones familiares con bautizos, comuniones, cumpleaños para los que había que aguantar «una larga lista de espera».

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Jon Fernández, dueño del Mesón Lersundi.

Pero el negocio empezó a torcerse a partir de 2015. «Hasta esa fecha, la gente nos llamaba y preguntaba 'si me hicieseis un huequito'... La cosa ha ido cayendo poco a poco y hemos decidido vender», confiesa Jon. Lersundi disponía de dos salones, con capacidad para 80 comensales cada uno, pero desde hacía tiempo solo mantenían uno en servicio. «Es mejor trabajar uno solo que con dos medios comedores. Por el día el negocio seguía tirando, aunque tampoco estábamos muy boyantes, porque notamos la falta de turistas. Pese a todo, nos daba para cubrir las nóminas y los gastos generales, pero a las noches, que nos podían haber garantizado los beneficios, no había nada», confiesa el dueño.

A la baja actividad nocturna se sumó el toque de Sanidad, que les conminó a arreglar las cocinas. «Estaban un poco viejitas», asume. La reforma exigía una fuerte inversión en un momento complicado y con importantes gastos. Lersundi mantenía en nómina a 9 personas, aunque llegó a contar con hasta 15. Ante esta situación, el mesón Lersundi se prepara para echar el candado en su sábado más negro.

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