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«Otro que nos deja abandonados en la creciente mediocridad», es el lamento de Marino Montero, acerca de la desaparición de De Bellota, uno de ... los establecimientos de alimentación más importantes de Bilbao especializado en la venta de productos de cerdo. Situado en la confluencia de la calle Sombrerería con la Plaza Nueva, ha bajado la persiana de la noche a la mañana. De forma «sorpresiva e imprevista», para desazón de numerosos clientes.
Después de muchos años «compartiendo momentos», ha llegado el momento de cerrar «esta etapa. Queremos daros las gracias de corazón, clientes y amigos, por vuestro apoyo, confianza y cariño durante todo este tiempo. ¡Hasta siempre! La Familia de De Bellota», reza el cartel que colocaron los propietarios al poco de cerrar y poner fin a uno de comercios más emblemáticos del Casco Viejo.
Su jamón, como recuerda la legión de seguidores de esta tienda-bar, era para morirse del gusto. Ofrecía una amplia variedad de productos, como el queso de oveja de leche crudas, las tostas, el hornazo, el lomo y chorizo ibérico. Que no todo se reducía al mundo ibérico. Un repaso a la página web refleja lo mucho que gustaba este lugar, «el favorito» de muchos bilbaínos. Punto de parada para tomar una caña. También punto de encuentro para disfrutar de esta tienda-delicatessen, con, posiblemente, de los mejores jamones de bellota de la ciudad.
José Luis Basteiro, propietario de este templo, preparaba tapas de todo tipo, aunque siempre productos de primera calidad. Un local para atender todos los frentes. Se podía empezar el día con sus desayunos especiales, comer algo al mediodía o picar algo entre horas, que ahí estaba Basteiro. Un «jamonero de profesión», como le define su amigo, ya jubilado, y hasta hace poco tiempo uno de los hosteleros más renombrados de Bilbao, Boni García. «Comer un pintxo de los suyos sabía a gloria en el local de este hombre tan bueno», recuerda.
Basteiro arrancó su carrera en Bidebarrieta, con un almacén desde el que distribuía, cómo no, jamones. Si su punto fuerte eran el jamón ibérico y, sobre todo el de bellota, constituía una blasfemia salir sin probar también sus empanadillas, el codillo preparado a la gallega o la ensalada de tomate acompañada de la cerveza alemana HB y el vino blanco 'Descomunal'. Muchos pinchaban y otros concluían la visita realizando alguna compra en la charcutería. Siempre había alguna razón, excusa o llámese como se quiera para no pasar de largo. Pero la jugosa historia de De Bellota, negocio que ha sido traspasado, ha tocado a su fin.
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