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Cuando el pasado mes de febrero el alcalde Aburto (PNV) dijo 'no' a la semipeatonalización de la Gran Vía entre la plaza Circular y Urquijo anunciada como inminente por su socio de gobierno (PSE) quedó algo al descubierto: las medidas recogidas en el Plan ... de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) van con retraso. Tanto este segmento de Gran Vía como la plaza Moyúa deberían haber sido cerrados al tráfico privado, según el cronograma del documento, antes de 2021. Pero tras el conflicto, aún no hay fecha a la vista para ninguno de los dos.
De eso se ha discutido mucho en el pleno municipal de este jueves, el último del mandato, a cuenta de una proposición de Elkarrekin Podemos. Su portavoz, Ana Viñals, pedía que antes de finalizar el mandato (ya mismo) se identificasen las peatonalizaciones que se quieren desarrollar antes de 2030, fecha en la que expira el PMUS. Porque, además de las iniciativas recogidas en el documento, también se pedía elaborar una hoja de ruta.
El equipo de gobierno despachó la iniciativa con una enmienda que sacó adelante con su mayoría absoluta en la que se apostaba por «continuar desarrollando» el PMUS. Es la vaga formulación habitual para ignorar las proposiciones de la oposición. Nora Abete, concejala de Movilidad y Sostenibilidad (PSE), defendió «el balance es positivo», que «se han hecho muchas cosas», y mencionó entre ellas las peatonalizaciones en entornos escolares, obras como las de Rodríguez Arias y María Díaz de Haro, y las inminentes que se van a llevar a cabo en San Ignacio y Deusto.
Pero lo que la oposición reclamaba era conocer «el estudio sobre peatonalizaciones de calles contratado en marzo de 2022 con un plazo de ejecución de seis meses», dijo Bruno Zubizarreta, de EH Bildu. A su juicio, el gobierno municipal está «incumpliendo» y eso «va en detrimento de la calidad de vida de la ciudadanía».
Lo que replicó Abete es que ese estudio lo de recoje es «un modelo» matemático que «estamos poniendo en marcha». Se trata de un sistema «con gran cantidad de información» que ayuda a determinar dónde se puede limitar la circulación del tráfico privado y dónde no. Pero no dio pistas sobre qué otros segmentos podrían ser objeto de reforma en el futuro según estos criterios.
Por parte del PP, Gabriel Rodrigo puso el énfasis en el hecho de que se enfoque todo el asunto desde la perspectiva peatonal «pero no se den alternativas» a los conductores. En concreto, se refería a la necesidad que apunta el PMUS de establecer «aparcamientos disuasorios», que tampoco llegan. En este sentido lamentó que los residentes en Bilbao se ven obligados a dar «vueltas y vueltas» para encontrar aparcamiento por la desproporción entre zonas verdes y tarjetas de residente.
Por último, Viñals pidió «concreción» sobre los planes de futuro y condenó que «el alcalde haya frenado la semipeatonalización de Gran Vía por un contexto electoral». Lo mismo lamentó Zubizarreta. «Ha faltado voluntad política y ha sobrado soberbia», concluyó la portavoz morada.
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