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Los percebes son una delicatessen que no es apta para todos los bolsillos en estos tiempos de estrecheces para la gente común, y los ancianos de la residencia de La Misericordia de Bilbao pudieron disfrutarlos durante la comida del domingo, llegados directamente de la cesta de varios pescadores furtivos. Aún frescos. Agentes de la Unidad de Vigilancia y Rescate de la Ertzaintza, UVR, abrieron diligencias en los últimos días a nueve personas por pesca ilegal, por extraer percebes de forma ilegal en distintos puntos de la costa de Gipuzkoa y Bizkaia, y aprehendieron 78 kilogramos de percebes, así como herramientas. El jueves, 27 de diciembre, los agentes establecieron un operativo para detectar actividad de pesca furtiva de percebes en las faldas del monte Jaizkibel. En el transcurso de la tarde, identificaron a 7 varones, a los que incautaron 73 kilogramos extraídos en distintos puntos del acantilado.
Ya el viernes, agentes de la misma unidad identificaron a otros dos varones cuando remontaban la ría de Plentzia en una piragua y una tabla paddle surf, respectivamente, y se disponían a desembarcar, ya en el término municipal de Barrika. Les ocuparon cerca de cinco kilogramos, además de la herramienta. Los agentes donaron todos los percebes al centro de reparto de alimentos gestionado por la Cruz Roja y Cáritas en Santutxu. Ambas entidades se dividieron el producto.
«No teníamos repartos programados hasta el día 7, así que para que el marisco no se perdiera, lo donamos a La Misericordia, en Bilbao», han explicado fuentes de la Cruz Roja de Bizkaia. Óscar Prieto, jefe de cocina de esta institución, expone que los pusieron ayer para comer a unos 120 comensales repartidos en varias plantas. No todos los residentes pudieron disfrutar de ellos, claro, ya que algunos tienen limitaciones a la hora de ingerir determinados alimentos. «Como llegaron el viernes a la mañana, no queríamos esperar para que fueran consumidos cuanto antes. En total, unos 40 kilos. La gente es la leche, algunos eran muy pequeñitos y casi solo tenían uña, qué poca conciencia», ha resaltado.
La forma de prepararlos fue «limpiándolos y cociéndolos» y después, fueron directos al plato de los residentes. Se repartieron entre las diferentes plantas. Hay que señalar que el kilo de percebes costaba ya 40 euros un mes antes de la Navidad en la principal plaza de Bizkaia. Así que La Misercordia, se llevó, en realidad, 1.600 euros en especie, al menos. Cáritas también repartió el resto de la mercancía entre personas necesitadas.
No es la primera vez que la Ertzaintza dona los percebes incautados a instituciones sociales. En agosto de este mismo año, los agentes decomisaron 75,5 kilos en el biotopo de San Juan de Gaztelugatxe. Los cinco centros vizcaínos que recibieron parte de esta mercancía, en su mayoría destinados a la acogida de personas mayores o en riesgo de exclusión social, celebraron con gran alegría el especial menú.
Hace dos años, el Banco también recibió percebes de la misma forma, pero los decomisos suelen ser anecdóticos. Esta institución también ha llegado a recibir más de cien kilos de atún rojo requisados. Las merluzas y los lirios también han sido algunas de estas excepcionalidades que han llegado a sus almacenes, además de grandes cantidades de brochetas de langostinos y rape, todo congelado, por donaciones.
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