

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Los hosteleros bilbaínos afrontarán la Aste Nagusia que está a punto de arrancar de una manera distinta a la de otros años. No solo ha ... crecido el número de establecimientos cerrados desde mediados de julio hasta justo el arranque de las fiestas, sino que numerosos locales han eliminado los menús del día. Esta situación se deja notar especialmente en el centro de la capital vizcaína, donde encontrar locales en los que comer por menos de 20 euros es muy complicado.
En una ciudad invadida de turistas, especialmente extranjeros, y con muchos bilbaínos de vacaciones, un gran número de bares y restaurantes han suprimiendo las ofertas más económicas. Algunas cadenas se retroalimentan de tal manera que si los clientes caen en algunos restaurantes del grupo sin menú los envían a otros de la misma empresa que sí los preparan. El Figón de Henao, por ejemplo, les remite a Las Lías de Juan de Ajuriaguerra. Otros establecimientos han optado directamente por llenar sus barras de pintxos y sentar en sus mesas solo a aquellos usuarios que opten por la carta.
«Somos una especie en vías de extinción. Esta tendencia no es temporal. Viene para quedarse. Cada vez va a ser más difícil pillar un lugar de comida tradicional. Los chavales comen otras cosas y los adultos se gastan el dinero en viajes y ocio. La gente quiere ir de vacaciones en verano, navidades y semana Santa y queda poco dinero para comer fuera», se lamenta Ángel Sánchez, dueño del histórico Albatros, que ayer rozó el llenó con un menú de 12 euros, que incluía pisto a la bilbaína, judías verdes y ruedas de morcilla de Burgos a la plancha, entre otros platos.
Noticia relacionada
En el Auzoa de Txurdinaga, el negocio familiar liderado por Luis Alfonso García, también les fue bien manteniendo las costumbres «de siempre». «Este es un barrio humilde y ofrecemos menús de 13 euros todos los dias. Dos platos, postre y bebida a buen precio», detalla el propietario, contento por la respuesta del público.
La fidelización de la clientela es clave para los restaurantes de los barrios periféricos y de zonas alejadas del centro como Rekalde y Basurto. «Aquí viene gente de todo tipo. Obreros, empleados de oficinas... Servimos un menú de 16 euros, que incluye dos platos, postre, agua, vino y gaseosa, y otro de un solo plato por 10. La gente, si hace falta, espera hasta 40 minutos. Hay que agradecer esta respuesta», se felicitó un empleado del Aritz de Zugastinovia con el restaurante a reventar.
En Patxi Larrocha, donde el menú sale por 16,5 euros, volvieron a encontrarse con la misma clientela de siempre. «Es gente del barrio», agradeció un trabajador de este local de Pablo de Alzola. «Los fines de semana preparamos también menús especiales» , destacó.
Héctor Sánchez, gerente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia, esgrime que cada empresa debe gestionar y «saber cuáles son sus costes. Algunos hosteleros se han visto obligados a subir los precios por necesidad para ganar lo mismo e incluso menos por el encarecimiento de las materias primas». El directivo esgrime que la situación del sector en el centro es distinto a la de los barrios «porque los alquileres no tienen nada que ver». pero no alberga dudas de que los negocios tradicionales van a seguir funcionando. Algo que, sin embargo, cuestiona el dueño del Albatros: «El táper se ha sacralizado porque muchas empresas han dejado de pagar las comidas a sus empleados. Muchos restaurantes de toda la vida van a desaparecer», pronostica.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.