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La plataforma Defensa Cívica del Museo de Bellas Artes de Bilbao realizó ayer un acto de protesta para manifestar su rechazo a la ampliación del ... centro proyectada por Norman Foster. El 'abrazo ciudadano' –como denominaron los convocantes a la acción reivindicativa– comenzó frente a la fachada de la parte antigua de la pinacoteca –el edificio de reminiscencias clásicas obra de los arquitectos Fernando Urrutia y Gonzalo Cárdenas–, con una concentración tras una pancarta en la que se podía leer el lema 'defenda dezagun Bilboko museoa, bere osotasuna eta paisaia' – 'defendamos el museo de Bilbao, su integridad y paisaje'. Después, el grupo, formado en buena parte por profesionales de la arquitectura, se desplazó hasta el espacio Arriaga, en torno al estanque en el que se alza la estatua de la musa Euterpe, de Francisco Durrio, uno de los ámbitos que, según los concentrados, se verá fatalmente alterado por la intervención del arquitecto británico.
Dos portavoces de la plataforma, los arquitectos Fernando Pérez e Iñaki Uriarte, denunciaron que la ampliación del edificio vulnera varias normas de protección del Patrimonio y constituye un «destrozo de valores patrimoniales comunes protegidos». Según destacaron, así lo ha confirmado «la mayor autoridad del Estado en materia artística, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En un informe, esta institución considera que el proyecto de Foster incumple tanto la ley vasca de Patrimonio como la estatal: «Se alteran los valores de escala, de tamaño, proporción y entorno. Porque no es posible duplicar la altura de un monumento protegido sin profanar sus valores culturales de arquitectura y paisaje protegidos».
La construcción de la ampliación de Foster, además de «innecesaria, porque no responde a ninguna demanda ni necesidad real del museo, solo pretende crear un icono que haga competencia al cercano Guggenheim» a costa de alterar gravemente los valores artísticos de los edificios actuales, a los que «aplastará» estéticamente y cuyo «contraste dialogante de arquitecturas eliminará». Así, la nueva obra supondrá «la pérdida de uno de los espacios más emblemáticos de Bilbao, del corazón del Ensanche». Es un «proyecto distópico» que «está fuera del tiempo» y además «propone un derroche impropio de la gravísima situación socioeconómica que padecemos». Fernando Pérez recordó que el plan especial que permite la ampliación del museo ha sido recurrido en la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco «para tratar de impedir esta aberración».
Por su parte, Iñaki Uriarte criticó al Colegio de Arquitectos Vasco Navarro por su pasividad ante este proyecto y por haber acallado el debate en torno al mismo. «El contraste es terrible con la situación que se vivió cuando se creó este museo. Cuando se planteó la idea», en los años 20 del siglo pasado, «hubo un debate, también a través de la prensa, sobre cómo debería materializarse el proyecto. Ahora esto no se ha dado, se ha ido directamente a favorecer la propuesta de Foster sin ninguna otra consideración», añadió Pérez.
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