

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
La marcha de la Eurocopa de Bilbao puede suponer un freno al deseo de que San Mamés oposite a futuros acontecimientos futbolísticos continentales. Y más ... si las hasta ahora excelentes relaciones entre la capital vizcaína y la UEFA se oscurecen por el traslado del torneo a La Cartuja para albergar los encuentros del grupo de España, Suecia, Polonia y Eslovaquia. Porque la inauguración de la nueva Catedral en 2013, con sus 53.000 espectadores de aforo y considerado 'cinco estrellas' por reunir todos los requisitos planteados por la UEFA, abrió un abanico de posibilidades que Ayuntamiento bilbaíno y Diputación han tratado de explotar desde entonces.
Noticia Relacionada
El ejemplo de la Eurocopa es el más evidente, cuando Bilbao se convirtió en 2014 en una de las doce sedes del evento que debía disputarse en 2020. Todo un espaldarazo para el turismo y la economía de la capital vizcaína, sede de uno de los grupos de un torneo que auguraba por aquel entonces unos beneficios que podrían llegar hasta los 85 millones de euros. Pero la cita continental de selecciones no era el único objeto de deseo por parte de la villa.
Desde que era candidato a la Alcaldía, a principios de 2015, Juan Mari Aburto dejó claro que una final de la Europa League era perfecta para colocar a Bilbao en el escaparate internacional. Una Champions es inviable porque San Mamés no tiene la capacidad requerida para albergar la final del principal torneo de clubes -más de 60.000 plazas en las gradas- pero sí para el segundo, adecuado para el aforo de La Catedral.
europa league
Y Aburto lo ha repetido siempre que ha tenido ocasión. Como, por ejemplo, en los actos relacionados con la Eurocopa en los que ha coincidido con el presidente de la UEFA, Alexander Ceferin. «Está en nuestro guion de forma clara», declaró Aburto a finales de 2016 cuando estuvo presente el dirigente del fútbol europeo en Bilbao. De hecho, cuando la villa solicitó ser sede -y lo logró- de la Champions de Rugby de 2018, el alcalde volvió a referirse a la Liga Europa. «La final la pedimos a voces. Queremos ser sede de una», insistió. Su formato a partido único, en primavera, y con la posibilidad de tener a 50.000 potenciales visitantes durante dos o más días en la ciudad -según los planes previos a la pandemia- la hacían perfecta para las pretensiones turísticas y económicas, dentro del modelo de grandes eventos deportivos por el que se apuesta desde el Ayuntamiento y Diputación.
El torneo de rugby fue un éxito, con un impacto económico establecido en 33 millones de euros y visto en 115 países, y reforzó las opciones de San Mamés como un campo para albergar grandes acontecimientos deportivos. La UEFA se encargó de enfriar los ánimos al explicar que Bilbao tendría que esperar más allá de la celebración de la Eurocopa para ser considerada como sede de una final. El argumento es que las finales de estos años se iban a conceder a ciudades que se habían caído del torneo de las 12 sedes, pero todo apuntaba a que, después de este verano, la capital vizcaína sería ya tenida en cuenta para tener el premio deseado de una final por equipos.
Sin embargo, todo puede cambiar con la salida de Bilbao de la Eurocopa de las doce sedes. Y el sueño se puede tornar en pesadilla. La pandemia ha trastocado todos los planteamientos iniciales y el esfuerzo realizado estos años para poner en el mapa continental a San Mamés puede quedar en nada si la UEFA se considera agraviada en el desarrollo de los acontecimientos que acabarán con el eventual traslado de los partidos de España a La Cartuja.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Silvia Cantera, David Olabarri y Gabriel Cuesta
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.