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Son números repartidos a lo largo de toda la Memoria 2021 de Cáritas Bizkaia, pero esconden tras de sí una alarmante realidad. Desvelan la precariedad en la que viven miles de personas en el territorio histórico, para las que el fin de la pandemia ... no ha supuesto ninguna mejora. Más bien lo contrario. Primera cifra: 12.569. Esas fueron las personas que el año pasado tuvieron que solicitar ayuda de cualquier tipo a Cáritas. De ellas, y ésta es la segunda cifra, 3.884 lo hicieron por primera vez. Es decir, casi un tercio del total vio cómo su vida se truncaba hasta tal punto que tuvo que recurrir a esta entidad benéfica de la Iglesia para salir adelante. De ellas, poco más de la mitad fueron mujeres y seis de cada diez, vizcaínos y personas migrantes en situación regularizada. Y la tercera cifra, y tal vez la más preocupante de todas: una de cada tres pidió ayuda para cubrir gastos de alimentación o subsistencia.
Como alertó el informe presentado a finales de enero por Cáritas y la Fundación Foessa (Fomento de Estudios Sociales y de la Sociología Aplicada) y recordó este miércoles Ana Sofi Telletxea, responsable del Observatorio de Cáritas Bizkaia, las consecuencias sociales y económicas de la pandemia «impactaron de manera muy grave en las personas que vivían en exclusión social y situaciones muy precarias». Es decir, agravaron la situación de muchos que tuvieron que acudir a la organización para poder alimentarse o pagar la vivienda y, muchas veces, cubrir las necesidades de los más pequeños. De hecho, cerca de la mitad de los acompañados por Cáritas Bizkaia formaban parte de familias con hijos a su cargo. La organización también llegó a 2.928 menores.
Caritas Bizkaiak gizarte-kalteberatasuneko egoeran dauden 12.000 pertsona baino gehiagok aurrera ateratzeko ahalegina nabarmendu du
Caritas Bizkaia (@caritas_bizkaia) June 15, 2022
Caritas Bizkaia destaca el esfuerzo por salir adelante de más de 12.000 personas en situación de vulnerabilidad socialhttps://t.co/RHiuOZnlBU pic.twitter.com/AGJIzzbolF
La acogida integral fue el servicio que más prestó la organización el pasado año, ofreciendo a 5.625 ciudadanos ayuda para cubrir sus necesidades básicas, en materia de alimentos y subsistencia (4.369) o para solventar gastos derivados de la vivienda (1.876) y el alquiler. Por otro lado, la organización acompañó a cerca de una centena de personas vinculadas al ámbito de la prostitución, consiguiendo que 23 de ellas se desligasen de la actividad. Por su parte, el área de empleo y economía solidaria atendió a 2.667 personas en 2021 y logró la inserción en el mercado laboral de 322.
El acceso a un hogar digno, las dificultades para el cuidado de los hijos, especialmente cuando los progenitores carecen de empleo, y las dificultades para regularizar la situación de las personas migrantes son los principales obstáculos a los que se enfrentan los atendidos por la organización. Pero también hay otros que ponen de manifiesto la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran más de 12.000 ciudadanos en Bizkaia, como son la brecha digital y otra pandemia agravada por el confinamiento, la de la soledad y el aislamiento.
Durante el pasado año, se elevó el número de voluntarios que tomaron parte en los 230 proyectos desarrollados por la organización hasta los 2.306.
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