

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Cáritas advierte de que las situaciones de vulnerabilidad y exclusión social «van más allá de la pura pobreza económica», son «cada vez más complejas y precisan respuestas más intensas e integrales, además de la implicación del conjunto de la sociedad». Así lo han afirmado Carlos Bargos, director de Cáritas Bizkaia, y Ana Sofi Telletxea, responsable de análisis y desarrollo de la entidad caritativa, durante la presentación de la memoria de actividad correspondiente al año pasado.
En 2018 Cáritas asistió en toda Euskadi a 46.700 personas. En Bizkaia fueron 13.569, por encima de las 10.931 del ejercicio anterior. «Algo más de la mitad de todas ellas (un 54%) son mujeres». Esta gran presencia femenina ha merecido la atención de los responsables de la organización. «La realidad de familias con menores encabezadas por mujeres está muy presente». Prácticamente la mitad «son familias monoparentales encabezadas por una mujer». Los casos de exclusión severa «suelen ser más visibles en los hombres, pero existe una realidad de exclusión que afecta a las mujeres y que va aflorando poco a poco», ha puntualizado Bargos. En cuanto a los niños, la situación de vulnerabilidad y riesgo de exclusión «es especialmente crítica para la infancia y la juventud». El año pasado el trabajo de Cáritas llegó «a 2.895 niños y 1.639 jóvenes».
Otro foco de atención fueron y son las personas mayores. Cáritas acompañó en 2018 a 350, de las que la gran mayoría (89%) fueron mujeres, y a 43 familias cuidadoras. Bargos y Telletxea han precisado que de todas las personas atendidas por Cáritas en Bizkaia el 42% eran «de origen autóctono» y el 58% «migrantes, de las que la mitad estaban en situación administrativa regularizada».
Toda esta labor de apoyo «ha sido posible gracias al trabajo de 2.021 personas voluntarias» de las que, de nuevo, «la gran mayoría fueron mujeres». Por su parte, socios y colaboradores aportaron 3,7 millones de euros, que se sumaron a las aportaciones de entidades, empresas, la comunidad cristiana y Administraciones públicas hasta alcanzar los «11,2 millones invertidos por Cáritas Bizkaia en 2018, sobre todo en el área de Grave Exclusión», que recibió 3,5 millones.
Los responsables de la entidad han subrayado que su labor va mucho más allá del mero apoyo en cuanto a recursos económicos, porque los problemas que afronta forman un abanico mucho más amplio que la pura pobreza. Así,Cáritas ha desarrollado proyectos contra la soledad o para favorecer el empleo inclusivo. Bargos ha destacado que la entidad ha comprobado «el riesgo creciente de dualización social».
Mientras buena parte de la sociedad «cree que la crisis, los problemas ya han pasado, y entiende que su propia situación ha mejorado», la brecha que la separa de «la población en riesgo de exclusión, con muy pocas posibilidades de mejora, se va agrandando». «Nos encontramos ante una realidad social compleja, que va más allá de la pobreza», en la que hay problemas de soledad, «entendida no únicamente como estar solo, sino también de carecer de la red de apoyos sociales con los que contamos todos y a la que recurrimos cuando tenemos problemas»; la falta de oportunidades de acceso a un empleo digno; la pobreza que impide acceder a una vivienda adecuada y poder mantenerla; la enfermedad; el rechazo social; la falta de reconocimiento de derechos y la falta de esperanza. Se trata de «cuestiones que se enredan entre sí y cuya solución requiere la implicación del conjunto de la sociedad».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.