Canto coral por la supervivencia en Balmaseda

Los vecinos han acogido con entusiasmo esta jornada de fiesta, que se celebra desde 1882, y que vuelve a la villa encartada después de 36 años. Las agrupaciones esperaban nerviosas a primera hora de la mañana y los directores ultimaban las instrucciones a sus cantores. Por cada recoveco se antojaban conciertos improvisados con el fin de afinar las voces celestiales para el encuentro.

«Es un día de fiesta», contaba Txema Azkarate, presidente desde 2019 de Santa Luzia Abesbatza de Llodio, que el año pasado cumplió medio siglo de historia celebrada con un documental que, asegura «merece la pena ver en Youtube». Entonaban 'Matsaren orpotik', de Jesús Guridi, y 'Ene que risas hisemos', de Víctor Zubizarreta, y 'Festara', de Raimundo Sarriegi, tres temas que más tarde iban a cantar en la plaza de San Severino, corazón de la villa encartada.

En la calle paralela, la coral txiki 'Kantalai' de Amorebieta, de Zubiaur Musika Eskola, se preparaba. Beatriz Zurimendi, la conductora, contaba que este encuentro «es una oportunidad para que los niños estén en contacto entre ellos, sin móviles, y escuchen a los mayores». Eneko Jurado, uno de sus pupilos, afirmaba: «No estoy nervioso». Sus favoritas del repertorio, confesaba, son las canciones «Give it up', de Michael Gohl, y 'Siyahamba', de Afrikarra.

Los cantores 'menudos' daban un soplo de aire a la falta de relevo en las corales vascas, una niña coralista incluso ha hecho un inciso en su Comunión para salir a cantar. Amaia Paniagua, de la coral Kolitza de Balmaseda, es la más joven del grupo a punto de cumplir 20 años. «Busco mantener la tradición, que no se pierda», confesaba. Se sentía tranquila porque en el momento de cantar «somos muchos y nos apoyamos». Estaba muy contenta de acoger la cita en su pueblo. «Fardamos mucho de Balmaseda -afirmaba contenta-, tenemos un sentimiento muy pueblista».

Quince minutos antes de dar comienzo, una larga hilera de corales han comenzado una 'kalejira' a ritmo de txistularis que ha amenizado las calles. En ella se encontraban María Intxaurza, María Pilar Tapia, Araceli Pérez y Joseba De Miguel, de la coral Máximo Moreno, de Galdakao. «Vamos a pasarlo bien, llevamos muchos años y muchos pueblos», relataban. «Algunos valemos por dos», bromeaba De Miguel.

Ha sido el alcalde en funciones, Aitor Larrinaga, el encargado de abrir el encuentro, al que también han acudido el concejal de Cultura en funciones, Ander Rivero, que ensalza la coral txiki de Kolitza con más de veinte niños entre sus filas, y la directora de Cultura de la Diputación Foral de Bizkaia, Begoña de Ibarra. En él ha destacado «la fuerza» de la coral Kolitza que ha hecho lo posible por traer la cita a Balmaseda, que la acoge «con los brazos abiertos. Es un orgullo ser anfitrión».

Los vecinos coincidían con él. A Edurne García le parecía «genial» y animaba a que se hiciera «más veces». Nada más han sonado las primeras voces, comentaba entre otros familiares: «se me pone la piel de gallina». Un sentimiento generalizado a lo largo del concierto. El periodista radiofónico Eduardo Bustamante ha presentado el evento en una plaza abarrotada por un respetable que ha aguantado bajo el sol abrasador, que ha provocado incluso una lipotimia a una de las coralistas. «Lo raro es que solo haya caído uno», comentaban entre el público. La ambulancia ha tenido que atender a otra persona mayor que, al parecer, se había caído.

Al finalizar, se ha desvelado el secreto de la ubicación de la próxima cita. «La localidad de Bilbao tomará el relevo el próximo año, en San Inazio», a petición de la coral homónima, ha contado el comunicador. La despedida ha llegado tras el 'Agur Jaunak' que han cantado las voces blancas, graves y mixtas, al unísono. Un aplauso atronador ha sellado el éxito de este Día Coral.