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Pello zupiria
Miércoles, 25 de septiembre 2019, 00:41
Los vecinos de Sondika no daban crédito ayer por la mañana cuando vieron que un camión cisterna de grandes dimensiones y con señalización que indicaba que portaba materiales peligrosos se metía por una pista forestal cerca del polígono de Sangroniz. Conocedores de la zona, sabían ... que estaba lejos de ser una sabia decisión, por lo que advirtieron al conductor de que evitase ese camino. «Le mandé parar y no paró. No entendía nada», cuenta este miércoles un testigo del suceso, que trató de alertar al camionero para que no siguiera su ruta por esa zona tan estrecha.
Por querer seguir los consejos del GPS o por no comprender lo que le decían, dado que el hombre es polaco, siguió por el camino por donde había entrado. Pronto se dio cuenta de que no podía avanzar. Al intentar dar marcha atrás, no pudo maniobrar y, tras abollar el gaurdarraíl, una rueda trasera del vehículo se salió de la calzada junto a un riachuelo, y quedó atrapado, ocupando toda la vía.
El camión, según confirmó un técnico de Atención de Emergencias del Gobierno vasco que estuvo en el lugar de los hechos, provenía de Francia y transportaba acrilato de butilo, un líquido inflamable y tóxico, para descargarlo en una empresa de la localidad vizcaína. En el accidente ninguna persona resultó herida, la carga no sufrió ningún daño ni se produjo ninguna fuga de la misma, según informó el Departamento de Seguridad.
Los hechos se produjeron a primera hora de la mañana y los servicios de emergencia estuvieron trabajando en la zona hasta la tarde. Las fuentes consultadas explicaron que el conductor siguió en todo momento las indicaciones que le daba el GPS instalado en el camión, y que le había fallado al llevarle por ese tramo. «Ha entrado en un camino vecinal en el que se ha quedado bloqueado sin poder avanzar ni volver atrás. Ha terminado detenido con el eje trasero en una zona inestable al lado de un riachuelo, por lo que ha tenido que intervenir una grúa para que el camión no cayese al arroyo y así evitar que se vertiese el material tóxico al agua», explicó el técnico del Gobierno vasco. El problema del dispositivo al que el conductor seguía las indicaciones es que se trata de un GPS programado para su uso por un automóvil de dimensiones mucho más reducidas que un camión cisterna.
Al tratarse de un transporte internacional, la legislación europea dicta que si un accidente o avería ocurre durante el trayecto, es decir, antes de que llegue al destino, la responsabilidad cae sobre la empresa transportista. En este caso de GEODIS, una compañía que opera en todo el mundo. Para solucionar el problema, la firma se hizo cargo de enviar un equipo técnico y otro camión vacío desde Francia al lugar de los hechos.
Sacar el camión del camino implica una complicada operación, no solo por la envergadura del vehículo, sino porque la cisterna está llena de acrilato de butilo -un compuesto utilizado en la fabricación de fibras sintéticas, irritante para las personas y muy contaminante en el agua- y cualquier movimiento brusco podría ocasionar una fuga al río. Por lo tanto, el primer paso antes de retirar el tráiler pasaba ayer por vaciar su carga y hacer el trasvase a la cisterna enviada desde Francia. A pesar de que este equipo llegó por la tarde, los técnicos decidieron atrasar los trabajos hasta esta mañana por cuestión de seguridad.
Al cierre de esta edición, la Ertzaintza confirmó que el camión se encontraba estable con la carga controlada.
Episodios como el ocurrido ayer en un camino vecinal de Sondika se han convertido en un problema más habitual de lo que pudiera pensarse para los transportistas. En Bizkaia, el caso más grave ocurrió el 23 de febrero del año pasado, cuando un tráiler se quedó atascado en una vía forestal de Elorrio. Su conductor, de 54 años y nacionalidad bulgara, falleció de un ataque al corazón después de haber pasado horas en ese punto al que le había guiado el GPS. Otros dos camiones sufrieron sendos percances similares en 2017 en un tramo de 300 metros situado entre Elorrio y Berriz donde el camino tiene tres metros de anchura y una curva de 180 grados. Sin embargo, donde más problemas se producen por errores en los navegadores -bien sea por su antigüedad o inadecuación al tipo de vehículo- es en una pista forestal entre Plan y Chía, en Huesca, cerca de un área empresarial, donde dos camioneros acaban atascados cada semana.
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