Rafael Gardeazabal, propietario de la desaparecida Derby y presidente de bilbaoDendak, se enfada cada vez que alguien le recuerda «el buen tiempo que está haciendo. Es horroroso», tercia de inmediato para lamentar las pérdidas que el cambio climático está ocasionando especialmente a las tiendas de ... moda y zapaterías. Cecobi, la patronal del comercio vizcaína liderada por Pedro Campo, ha puesto cifras al 'tsunami' que vive el sector. Las ventas se han desplomado, a su juicio, en torno a un 35% respecto al mismo periodo del año anterior, cuando los días de «excesivo sol» ya pasaron una gran factura a los comerciantes.
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En medio de esta tormenta, el gremio se aferra al apoyo de los miles de turistas que visitan la capital vizcaína desde la pasada primavera y cuyo gasto ha dejado de ser «anecdótico. No podemos prescindir de los extranjeros. Todo suma», recalca Gerardo Pedrosa, dueño de una de las tiendas de moda masculina más importantes de la ciudad. Pese a haber crecido, el desembolso de los visitantes sigue quedando «muy lejos» del realizado por los vizcaínos. «Todo gasto es bienvenido, pero vivimos de la gente de aquí, por lo menos de momento», enfatiza una dependienta de la zapatería Foxter de Colón de Larreátegui. «Nos está llegando un turista de mayor nivel y siempre se lleva algo», agradece, en cambio, Jose Ramón Senlle, propietario del Khala, con tres establecimientos de complementos.
Para hacer frente a la importante caída de la facturación y con el Black Friday a la vuelta de la esquina, las principales organizaciones sectoriales consideran que la recuperación pasa «inevitablemente» por una nueva estrategia orientada al fortalecimiento de las ventas, independientemente de la época del año.
Con el tiempo tan inestable, que uno no sabe si en diciembre va a granizar o se van a disparar los termómetros, es necesario disponer de un 'plan b', apunta Jorge Aio, gerente de BilbaoCentro. ¿De qué manera? Vendiendo ropa de entretiempo. «En la temporada de otoño-invierno, como la hemos conocido hasta ahora, no se puede vivir ya de las botas de agua, abrigos de piel y plumíferos. Hay que pensar también en blusas y sandalias», remarca Laura Zorrilla, responsable del área textil de Cecobi. «Al cliente que entra en la tienda hay que incitarle a comprar. y difícilmente podemos hacerlo colocando solamente bufandas en el escaparate con 30 grados en la calle. La situación está muy malita y hay que tirar de colecciones de continuidad», reitera Gardeazabal.
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El comercio minorista insta a mirarse en el espejo de Inditex, cuyas firmas, en pleno invierno, ofertan «en un 75% aproximadamente» prendas que se pueden llevar «todo el año. Meten pinceladas propias de cada estación pero luego te colocan sandalias en enero». Más que nada para evitar lo que le pasó a Pedrosa hace unos días cuando turistas franceses y portugueses le pidieron «unas bermudas».
Sin embargo, no todos confían en la fuerza del turismo. «Por aquí pasan poco», admite la encargada de Early Summer, que vende ropa de mujer en Alameda Recalde. «En la tienda del Casco Viejo hay días que entran más turistas que clientes locales, pero tampoco es que gasten con locura», inciden en Cardenal.
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Con los consumidores desviando casi «todo el gasto al ocio», José Andrés Cebrecos, presidente de Bizkaidendak, asegura que los bonos del Gobierno vasco han ayudado a vender algo, pero ve el futuro lleno de nubarrones. «A este paso vamos a quedar cuatro. Hasta diciembre tenemos margen para reconducir la temporada, pero siempre que el tiempo cambie de forma radical». Campo insiste en que muchos comerciantes se van «a comer las colecciones con patatas fritas porque no se vende nada», lamenta. Y Aio juzga «clave» para después de navidades un plan institucional de ayudas para los negocios dedicados al equipamiento personal. «Igual que en pandemia, necesitamos un apoyo específico para que no desaparezca el pequeño comercio», concluye.
La temporada de invierno es clave para el comercio. Supone más del 40% de la facturación de todo el año, gracias a las navidades, pero, según Laura Zorrilla, «hay que ir pensando en vender ropa más liviana».
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