
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Las personas que este miércoles paseaban a primera hora por la ría se llevaron una gran sorpresa. A la altura de la pasarela Zubizuri observaron en el agua una nariz de gran tamaño que, con el descenso de la marea, dejó poco a poco a la vista una frente, unos ojos, unos labios... hasta completar la cabeza completa de una niña. «Lo sabía», aseguraba Marieli Lopategi, que desde las 8.00 horas merodeaba por la zona para tratar de descubrir el misterio. Horas después se supo que en realidad se trataba de una escultura que forma parte de una campaña de la fundación BBK que apuesta por la reflexión social y de la que hoy se conocerán más detalles. Realizada en resina de fibra de vidrio -mide 1,92 metros de ancho, dos de largo y 1,70 de alto-, 'Bihar' (mañana en euskera) muestra el rostro de una niña con el pelo moreno cuyo gesto compungido invita a la elucubración. «Qué secretismo hay en torno a esto... ¿Qué será?», se preguntaban las personas que se asomaban a la barandilla.
Ver fotos
La expectación fue máxima desde primera hora y la iniciativa no tardó en convertirse en reclamo. El italiano Marco Galzignato y su familia alucinaban: «Es una instalación artística que igual hasta se ilumina por la noche», especulaba mientras se sacaban unos 'selfies' delante de la escultura. «Es sorprendente, nos recuerda a algo que hicieron en Venecia: unas manos que salían del agua y parecían querer abrazar un palacio», apuntaban tras garantizar que «nos enteraremos bien de qué es antes de volver a Vicenza porque seguro que será algo para recordar».
El californiano Jack Haley se mostraba, por su parte, muy sorprendido. «Es una pasada, súper real, me flipa». A Jaime Asua le impactó que parecía que «se ahoga, que la vida se le va» y a Mikel Ituarte, aunque no se atrevía a darle un significado, tenía claro que «es una iniciativa con muy buen gusto, porque es una cara preciosa».
Begoña Cuadrado también estaba expectante por conocer el propósito de la figura, de cuyo carácter social tampoco dudaba, «porque está claro que la niña pide ayuda». A Sonia Rodríguez, sin embargo, la primera impresión no le hizo tanta gracia: «Es un tanto tétrica» porque, en su opinión, la sensación de ahogamiento crece al subir la marea, «efecto que será parte importante de lo que se quiere buscar. Espero que el fin lo merezca».
El artífice de la obra es el escultor hiperrealista mexicano Rubén Orozco, el mismo que hace dos años creó la figura de una mujer sentada sola en un banco, en una campaña de la BBK sobre la soledad de los mayores. Se instaló en El Arenal y era idéntica a su modelo, Mercedes, una mujer entonces de casi 89 años y que vivía sola en su casa de Bilbao.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El humilde y olvidado Barrio España: «Somos como un pueblecito dentro de Valladolid»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.