«Una buena persona, culta y humilde»

El lehendakari también ha tenido palabras para Uriarte, a quien ha definido como «una persona buena, de fe íntegra, entregado a la Iglesia y a su Evangelio. Una persona tan culta como humilde». Iñigo Urkullu ha destacado que para él era «un amigo íntimo y un referente insustituible. Un maestro». Añade que siempre estuvo dispuesto a «escuchar y a ayudar a quién lo pudiera necesitar. Trabajador infatigable y discreto por la paz. Su contribución a la convivencia y a los derechos humanos fue inmensa e inagotable. Su pensamiento y su voluntad siempre centrados en la búsqueda de lo mejor para Euskadi y la sociedad vasca».

Respecto a su obra, ha señalado Urkullu que «ha sido fecunda, ha ido practicando un camino a seguir. Su memoria es y será recuerdo del trabajo voluntario y generoso por construir una sociedad más justa y una Iglesia mejor». Por ello el lehendakari ha expresado sus «más sentidas condolencias a sus familiares, amigos y a toda la comunidad de la Iglesia vasca. Muestro mi recuerdo y condolencia a la Iglesia, tan afectada, así como a sus rectores, compañeras y compañeros de On Juan Mari. Gizon eta Gotzain handia, goian bego!».

Poco después, le ha despedido con emoción Andoni Ortuzar. El presidente del Euzkadi Buru Batzar guardaba una estrecha relación con Uriarte, como él mismo ha desvelado en un mensaje en Facebook. «Agur eta ohore, Juan Mari! Este mediodía nos ha sacudido la noticia del fallecimiento de Juan Mari Uriarte, 'mi' obispo, y lo digo con orgullo porque fue él quien me dio el 'cachete' de la confirmación. Desde entonces, he mantenido contacto con él, aunque estuviera lejos de Euskadi. Hoy, que la jerarquía católica está en cuestión, Juan Mari era quizás la persona que mejor representaba a la Iglesia auténtica, la de la gente, la de los y las humildes, la de los pobres, la Iglesia comprometida con su sociedad. Juan Mari era ante todo un hombre bueno, un hombre de paz, de reconciliación. Jugó un papel callado, pero muy eficaz, en la superación de la violencia en Euskadi», recuerda.

Y va más allá el líder del EBB: «Fue denostado fuera y dentro de su Iglesia -eso sí, solo por los elementos más cerriles y ultramontanos- precisamente por seguir los principios del Evangelio y buscar la hermandad y la convivencia entre diferentes. Era, además, un euskaldun 'kilómetro cero'. Pocas personas encarnarán mejor que él aquel aserto de 'Euskaldun fededun'. Perdemos a uno de los vascos más preclaros de los últimos cien años. Eso sí, su sonrisa bonachona y su verbo reparador se quedarán con nosotras y con nosotros para siempre. Ahora que, sin duda, va a tener un hueco reservado muy cerca del Padre, seguro que vela por su Euskadi y por su Athletic del alma».

Por su parte, la Diócesis de San Sebastián también ha mandado un mensaje de condolencia y trasladado «su más sentido pésame a sus familiares y allegados». Y la de Bilbao se refiere a él como una persona que «tenía carisma, era inteligente, de una profunda sensibilidad religiosa y fue un ejemplo para personas creyentes y no creyentes, por su sabiduría y visión de futuro. Dicen de él que, en sí mismo, 'englobaba un universo'».

Desde el ámbito de la política también llegan reacciones como la de Arnaldo Otegi, quien ha querido «recordar el trabajo incansable que realizó por la paz de este país», y de Imanol Pradales (candidato del PNV a lehendakari): «Mi pleno reconocimiento y agradecimiento por su gran aporte a la paz y la convivencia en este país, y por su firme compromiso con los principios éticos y valores humanos a lo largo de su carrera».

También Juan Mari Aburto se ha despedido de Uriarte. El alcalde de Bilbao ha colgado una imagen junto al religioso y le ha dedicado unas palabras de cariño: «Emocionado, y desde el respeto, mis sinceras condolencias a la familia de Juan Mari Uriarte y a la Iglesia en Bizkaia. Nos quedará su legado y su enorme aportación a nuestro país. Humildad, amistad, paz, esfuerzo y bondad, al servicio de todas y todos. Goian bego!».

Y Eider Mendoza, diputada general de Gipuzkoa, ha destacado de Uriarte que era un hombre de grandes conocimientos y que «frente a la violencia y el odio, sus palabras y sus acciones despertaban la esperanza de que en nuestro país el diálogo, los derechos humanos y la paz prevalecieran siempre».

Las víctimas de ETA tampoco se han olvidado de este hombre clave en la lucha contra la banda terrorista. De esta manera, Josu Elespe, hijo de Froilán Elespe, concejal del PSE en Lasarte-Oria asesinado en 2001, ha destacado que fue el primer obispo de Donosti que fue «crítico» con los terroristas. En una línea similar se ha expresado María Jauregi, hija de Juan Mari Jauregi, quien fuera gobernador civil de Gipuzkoa, asesinado en julio de 2000.