Un brote de sarna noruega obliga a tratar a 69 sanitarios y 2 familiares del hospital de Galdakao

Fermín Apezteguia

Jueves, 24 de octubre 2019, 19:06 | Actualizado 21:49h.

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La séptima planta del hospital de Galdakao vive bajo la mirada atenta del servicio de Epidemiología del Gobierno vasco. Un brote de sarna noruega, la forma más virulenta y contagiosa de la enfermedad, ha obligado a poner en tratamiento a 69 profesionales sanitarios -60 de ellos con carácter preventivo- y 2 familiares, según confirmó este jueves Osakidetza. Especialistas en Salud Laboral, siguiendo el protocolo establecido, han abierto una investigación para conocer el alcance real del problema y determinar el número exacto de personas que, finalmente, deberán ponerse en tratamiento. Expertos consultados por EL CORREO coinciden en que la patología, también llamada sarna costrosa por lo aparatoso de las lesiones que provoca, resulta muy incómoda, «pero no tan grave como lo fue en otros tiempos». «Puede resultar muy latosa, pero la terapia disponible es eficaz», tranquilizó un médico especialista. «Nadie se muere de esto», subrayó.

El brote, según ha sabido este periódico, se originó a partir de una paciente infectada que llegó al centro «hace unos días» a través del servicio de Urgencias. La mujer quedó ingresada en la planta séptima del centro, donde se concentran los servicios sanitarios de Enfermedades Infecciosas, Medicina Interna y Hematología. A partir de ahí, el mal comenzó a expandirse.

El contagio de la enfermedad requiere un contacto físico muy estrecho con el agente patógeno que lo causa. No se transmite por un simple estornudo, pero tampoco hacen falta mantener relaciones sexuales para contraerla, que es efectivamente una de las formas en que se contrae. Basta para infectarse acciones como compartir una cama, manejar las sábanas de una persona infectada o darse la mano. Algo de esto, consecuencia del trabajo diario en el hospital, ocurrió en Galdakao.

Los nueve afectados están siendo tratados con un medicamento oral, pero Osakidetza, al parecer, ha valorado la posibilidad de cambiarles la terapia por una de las distintas cremas que existen para abordar la patología. La loción debe aplicarse por todo el cuerpo, desde las orejas hasta los pies. En uno y otro caso, loción o pastillas, los cuidados suelen prolongarse hasta diez días. En el caso de la sarna costrosa, existe el riesgo de que se produzcan recidivas, es decir que la enfermedad vuelva a brotar con el paso del tiempo, lo que obligaría a repetir la terapia. Los 60 contactos de estos nueve afectados han recibido únicamente un tratamiento profiláctico para evitar el desarrollo de la enfermedad.

Los servicios afectados por el brote han decidido mantener las plantillas y no sustituir a los trabajadores afectados con el fin de cortar la propagación del agente infeccioso. Osakidetza confiaba este jueves en que el brote quedara definitivamente controlado hoy viernes, aunque tampoco descartaba que aumentara el número de personas necesitadas de profilaxis a la espera de contactar con todos los profesionales que han trabajado en la séptima planta del hospital en los últimos días.

La costrosa es la forma mas virulenta de una enfermedad que en España generó muchos problemas durante la postguerra. Está generada por un parásito parecido a una arañita de ocho patas, un microscópico ácaro llamado 'Sarcoptes scabiei', que penetra en la piel de los humanos y excava en ella una galería donde deposita sus huevos.

En realidad, hospedan en la piel humana no uno sino dos ejemplares de estos bichos, un macho y una hembra, que labran un surco para copular. Al término de la cópula, el macho muere y la hembra comienza a profundizar en el surco horadado dos o tres días más, hasta que pone los huevos. Los picores comienzan desde el momento en que los ácaros penetran en la piel, pero se agudizan con el nacimiento de las larvas, tres o cuatro días después.

La media de ácaros en un paciente adulto afectado de sarna común es de 10 ó 12 ejemplares, pero en el caso de la sarna noruega pueden ser millones. Según un informe de la Subdirección General de Sanidad Penitenciaria, el número de microbios puede llegar a los 1.400 por centímetro cuadrado, lo que se manifiesta con fuertes picores y una erupción generalizada de lesiones en la piel.

La sarna noruega fue descrita en 1848 en enfermos de lepra y resultó ser una enfermedad rara hasta la pasada década de los ochenta, cuando la epidemia de sida incrementó de manera notable el número de casos. Pacientes con problemas de inmunidad o enfermedades crónicas son sus principales víctimas.